La Universidad de la República (Udelar) tiene por objetivo democratizar el acceso al conocimiento y a la educación terciaria y desde la Segunda Reforma Universitaria del 2007 adquirió el compromiso de integrar las funciones de enseñanza, investigación y extensión en el entendido de que la responsabilidad de la educación no se piensa de manera aislada sino conectada con la sociedad y con otros actores con los que se intercambian saberes y prácticas.
Es por eso que el rol docente desde la integralidad de las funciones “intenta promover iniciativas y crear espacios de oportunidad para el trabajo universitario con la sociedad en su conjunto, ocupándose de temas de interés general y construyendo conocimiento socialmente valioso. Los espacios de oportunidad buscan dinamizar el acceso al conocimiento, las formas de elegir los temas que se investigan y también de resolver las metodologías, en espacios de diálogo que propician la creatividad, acercan a la sociedad y viceversa”.1
Desde esta visión y bajo el precepto que guía a la Udelar, que es el de la consecución de la dignidad para todas las personas, la institución realiza su trabajo en cárceles y asume un compromiso ético con los actores y con la enseñanza, investigación y extensión de calidad. El trabajo con Estudiantes Privados de Libertad (EPL) comienza hace algunos años por iniciativas de algunos servicios universitarios o personales de estudiantes. En los últimos años la Udelar ha estado presente, por intermedio de un acuerdo del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), con actividades de enseñanza, extensión y distintas investigaciones en distintas unidades del INR, a través de las facultades de Química, Agronomía, Humanidades y Ciencias de la Educación, Psicología, Información y Comunicación, el Programa Integral Metropolitano (PIM), la Escuela de Nutrición, el Programa Flor de Ceibo y la Unidad Central de Educación Permanente.
Sin embargo, el proceso de institucionalización para la inclusión de EPL se establece, en primera instancia, en el Área de Derechos Humanos de la Unidad Académica y el Programa Integral Metropolitano (PIM) del Servicio Central de Extensión (SCEAM), para luego compartirse con el Programa del Respaldo al Aprendizaje (PROGRESA) de la Comisión Sectorial de Enseñanza (CSE).
Para comenzar este proceso se tomaron varias resoluciones guiadas con el fin de democratizar el acceso a la enseñanza, flexibilizando las trayectorias estudiantiles en aspectos como acceso a los materiales de estudio, tutorías y aspectos administrativos. En agosto de 2016, la Udelar y el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) firmaron un convenio que tiene por objetivo promover la cooperación académica y el intercambio científico y técnico entre ambas instituciones, fomentando el desarrollo de líneas de docencia, formación, extensión e investigación en áreas que sean consideradas de mutuo interés y en particular en el campo del Sistema Penitenciario. Asimismo se establecen las pautas generales que ordenarán las actividades de colaboración académica y relaciones de intercambio entre las instituciones, que se reconocen “unidas por una comunidad de intereses y objetivos en el campo de la asesoría, cooperación, asistencia técnica, prácticas formativas e investigación”. 3 Dentro de las actividades de cooperación recíproca se incluye que el INR podrá proveer a la Udelar de insumos y materiales que puedan ser elaborados en las distintas Unidades de Internación de Personas Privadas de Libertad. Algunas de las modalidades de acción que el convenio prevé son: docencia y formación; investigación y extensión; asesorías; invitación a técnicos nacionales o extranjeros para dictar cursos, intercambio recíproco de estudiantes, profesores e investigadores, acceso a bibliotecas, entre otros.
Actualmente, los servicios que tienen estudiantes privados de libertad activos son: la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, donde cursan siete estudiantes, la Facultad de Ciencias Sociales, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, la Facultad de Psicología, la Facultad de Enfermería, la Facultad de Derecho, el Instituto Superior de Educación Física y la Facultad de Ingeniería.
Por otro lado, el Centro Universitario Regional del Este (CURE) tuvo experiencias con EPL y actualmente no está activa, mientras que en la Facultad de Veterinaria, la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, la sede de Salto del Centro Universitario Litoral Norte y el Centro Universitario de Tacuarembó tienen estudiantes pero no tienen una estrategia particular para trabajar con ellos.
En el año 2016 se habían inscripto cuatro EPL para carreras en la Udelar, esa cifra llegó a 45 en 2017 y en la preinscripción realizada en noviembre de 2017 por la SCEAM en conjunto con el INR, se presentaron 100 personas privadas de libertad de todo el país interesadas en estudiar en la Udelar, aunque no todos pudieron inscribirse por distintas razones. Al día de hoy hay 50 estudiantes en privación de libertad estudiando una carrera en la Universidad de la República. De este dato se desprende la importancia del trabajo de la Udelar y el interés de las personas privadas de libertad en estudiar una carrera terciaria, pero pone en alerta a la institución de los desafíos para responder a la demanda.
Asimismo, la Universidad de la República participa de la Mesa interinstitucional de educación para personas privadas de libertad, en la que se trabaja en articulación junto a todos los actores de la educación que trabajan con personas privadas de libertad. Además desde abril de 2017 funciona la Mesa de Educación Terciaria en Cárceles, como un espacio de coordinación entre los servicios que tienen EPL cursando carreras en la Udelar donde participan también Bienestar Universitario, el PIM y el Instituto de Formación en Educación Social (IFES) coordinado por el Àrea de Derechos Humanos de la SCEAM y el PROGRESA.
Mientras que el Programa Integral Metropolitano (PIM) trabaja tanto con estudiantes privados de libertad como con propuestas y espacios de trabajo que incluyen tanto a aquellos que estudian carreras en la Udelar como a internos que no tienen esta condición. El equipo del PIM integrado por la antropóloga Leticia Folgar y la geógrafa Lauren Issach vienen desarrollando distintas líneas de trabajo en la Unidad 6 de la cárcel de Punta de Rieles a través de Espacios de Formación Integral (EFI), trabajo articulado con distintos servicios como la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático, la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, la Facultad de Psicología, también con movimientos barriales y Municipios, entre otros actores y organizaciones.
En este sentido, desde hace un tiempo la Universidad viene desarrollando trabajo en pro de democratizar el acceso al conocimiento como se detalla en este artículo el trabajo desde el Área de Derechos Humanos y el Programa Integral Metropolitano de la SCEAM.
En lo que respecta al trabajo con los estudiantes privados de libertad, “uno de los desafíos tiene que ver con trascender perspectivas estereotipadas y estigmatizantes. Esas nociones instaladas sobre nosotros mismos dificultan las prácticas de enseñanza-aprendizaje, ponen barreras que se potencian con la violencia intrínseca del encierro”.4 Una de las dificultades a la que se enfrenta la Universidad, tanto dentro como fuera de los contextos carcelarios, “es a la verdadera construcción de autonomía en el marco de procesos de enseñanza que pretenden ser transformadores. La Universidad no hace caridad ni voluntariado, la construcción de los espacios de enseñanza y aprendizaje también tiene que ver con fortalecer una mirada crítica sobre la realidad y producir conocimiento sobre ella”.5
1, 2, 4 y 5 extraídas del documento: Universidad en cárceles: Experiencias de trabajo desde el Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio y el Programa Integral Metropolitano Cita 3: extraída del Convenio de la Universidad de la República y el Instituto Nacional de Rehabilitación.