Estimada comunidad de Facultad:

La Universidad de la República debe trabajar para universalizar la educación terciaria y democratizar el conocimiento. En este caso, debemos generar los espacios y la institucionalidad necesaria para que las personas privadas de libertad puedan acceder a los cursos de manera real. Hemos dado un paso importante con la aprobación del protocolo en 2017, pero aún queda un largo camino para decir que esto está consolidado ya que su implementación recae en los hombros de docentes y estudiantes con voluntad de hacerlo. La labor de la FCEA en privación de libertad no puede estar atada a voluntarismos, sino que es un deber de la institución dedicar tiempo y recursos a ello.

El INR nos ha facilitado la entrada a las cárceles y se ha ocupado de que nuestros estudiantes puedan rendir las revisiones en condiciones. Esto no obsta de reconocer el contexto donde nos encontramos: nuestro país tiene problemas estructurales con sus cárceles. Hay malas condiciones locativas, hacinamiento, oportunidades laborales o de formación escasas en relación a la cantidad de gente, entre otras. Por su parte, el sistema político parece decidido a profundizar un camino carcelario, donde la respuesta al miedo y la indignación de la gente es más prisión. Pero con esta respuesta, ¿tendremos menos miedo?, ¿estaremos menos indignados?

Vemos con preocupación que cada vez más se utilice a los presos como chivo expiatorio de los males de nuestra sociedad. Si queremos vivir en paz y sin miedo, debemos abandonar de una vez por todas la retórica de la guerra. Si pensamos en guerra, sólo veremos enemigos. Ya no veremos en un delito (sin importar cuál sea) el quebranto de una ley, una desviación de la norma o un conflicto interpersonal; veremos un acto de guerra y enemistad por parte de quien lo comete. Reflexionen sobre si desearían construir un futuro junto a sus enemigos o aniquilarlos y conocerán el peligro de esta idea.

El propósito de este dossier es acercar información a la comunidad de FCEA sobre el trabajo que hacemos, sensibilizar y contribuir al proceso de institucionalización de esta política.

Rodrigo Arim