DT 16/14 - Calidad del empleo en tiempos de crecimiento
- ISBN/ISSN: 1688-5090
- Áreas: Grupo de Análisis Macroeconómico y Comercio
- Descargas: Descargar dt-16-14.pdf
Uruguay ha registrado en los últimos diez años un fuerte dinamismo de su actividad
económica y una caída constante de la tasa de desempleo. Sin embargo, ello no da cuenta de la
calidad de los puestos de trabajo creados por la expansión económica. Esta investigación busca
responder: ¿Cómo ha evolucionado la calidad del empleo en términos generales ante diferentes
contextos de crecimiento económico? ¿Cuáles han sido los sectores de actividad económica con
mejor desempeño? ¿Qué ocurre con la brecha de calidad del empleo entre hombres y mujeres? A
tales efectos, utilizando datos de la Encuesta Continua de Hogares, este trabajo propone la
construcción de un índice de calidad del empleo al cual llamaremos Índice de Malos Empleos
(IME) basado en la metodología propuesta por Alkire y Foster (2011). El índice propuesto
considera cuatro dimensiones sobre las cuales existe información disponible: ingresos,
precariedad, informalidad y horas trabajadas. Combina información sobre la cantidad de
personas con problemas de calidad de empleo y la proporción de privaciones sobre el total de
dimensiones consideradas que sufren estos trabajadores, por lo cual nos permite tener en un
solo índice información sobre la incidencia y la intensidad de los problemas de calidad de
empleo. A su vez, permite realizar comparaciones tanto a nivel geográfico como por género,
ramas de actividad u otra categoría que pueda resultar relevante para analizar el mercado de
trabajo, por lo que constituye un valioso complemento para analizar la evolución del mercado
laboral y ofrece elementos para la elaboración de políticas.
Se constata que aún con tasas de empleo crecientes y una productividad media que evolucionó
favorablemente en los noventa y en la segunda mitad de los 2000, la evolución de la calidad del
empleo medida por el IME fue bien diferente: mientras en los noventa prácticamente no se vio
alterada e incluso desmejora levemente, en los 2000 mejoró significativamente. En lo que
respecta al género, la calidad del empleo ha evolucionado positivamente para ambos sexos, pero
se ha reducido la brecha entre hombres y mujeres. Por rama de actividad, destacan por su
mejora en la calidad promedio del empleo la Construcción, las Actividades Primarias y
Comercio, Restaurantes y Hoteles.
económica y una caída constante de la tasa de desempleo. Sin embargo, ello no da cuenta de la
calidad de los puestos de trabajo creados por la expansión económica. Esta investigación busca
responder: ¿Cómo ha evolucionado la calidad del empleo en términos generales ante diferentes
contextos de crecimiento económico? ¿Cuáles han sido los sectores de actividad económica con
mejor desempeño? ¿Qué ocurre con la brecha de calidad del empleo entre hombres y mujeres? A
tales efectos, utilizando datos de la Encuesta Continua de Hogares, este trabajo propone la
construcción de un índice de calidad del empleo al cual llamaremos Índice de Malos Empleos
(IME) basado en la metodología propuesta por Alkire y Foster (2011). El índice propuesto
considera cuatro dimensiones sobre las cuales existe información disponible: ingresos,
precariedad, informalidad y horas trabajadas. Combina información sobre la cantidad de
personas con problemas de calidad de empleo y la proporción de privaciones sobre el total de
dimensiones consideradas que sufren estos trabajadores, por lo cual nos permite tener en un
solo índice información sobre la incidencia y la intensidad de los problemas de calidad de
empleo. A su vez, permite realizar comparaciones tanto a nivel geográfico como por género,
ramas de actividad u otra categoría que pueda resultar relevante para analizar el mercado de
trabajo, por lo que constituye un valioso complemento para analizar la evolución del mercado
laboral y ofrece elementos para la elaboración de políticas.
Se constata que aún con tasas de empleo crecientes y una productividad media que evolucionó
favorablemente en los noventa y en la segunda mitad de los 2000, la evolución de la calidad del
empleo medida por el IME fue bien diferente: mientras en los noventa prácticamente no se vio
alterada e incluso desmejora levemente, en los 2000 mejoró significativamente. En lo que
respecta al género, la calidad del empleo ha evolucionado positivamente para ambos sexos, pero
se ha reducido la brecha entre hombres y mujeres. Por rama de actividad, destacan por su
mejora en la calidad promedio del empleo la Construcción, las Actividades Primarias y
Comercio, Restaurantes y Hoteles.