El miércoles 18 de noviembre a las 14 horas por Zoom tendrá lugar el Seminario IESTA (SIESTA) titulado "Cambios en la dependencia a los cuidados con el envejecimiento y sus factores asociados: un estudio de cohorte para Uruguay" a cargo de Maximiliano Machado (Instituto de Estadística, FCEA, Udelar).
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Resumen:
El riesgo de dependencia o necesidad de cuidado puede aumentar debido a deficiencias funcionales o mentales generalmente causadas por diversos problemas de salud que aparecen durante el envejecimiento. Este trabajo analiza los perfiles de adultos mayores que viven en hogares particulares de Uruguay, que comienzan a requerir ayuda para realizar actividades de la vida diaria. Se consideran dos formas de aproximar la dependencia: la primera únicamente a partir de las ayudas requeridas para realizar Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) como comer o vestirse; la segunda incorpora además Actividades Instrumentales y Avanzadas de la Vida Diaria (AIVD y AAVD) cómo desplazarse fuera del hogar o participar en la vida social.
La información proviene de la Encuesta Longitudinal de Protección Social (ELPS), un panel representativo de personas de 14 años o más residentes en hogares particulares de Uruguay, que cuenta con dos olas de relevamiento entre 2013 y 2015. Para este trabajo se consideran personas de 60 años o más al inicio del estudio (N=5096) y se estiman probabilidades de transición a la dependencia y modelos logísticos multinomiales para distinguir características asociadas con un mayor o menor riesgo de pasar a requerir apoyos o cuidados cotidianos.
Los resultados muestran que la edad y dos o más condiciones crónicas se asocian con mayor riesgo de pasar a depender de cuidados por parte de terceras personas, tanto para las ABVD como para las AIVD o AAVD. Además, menor educación y ciertas limitaciones se asocian con mayor dependencia al considerar las AIVD y AAVD, pero no al definir dependencia únicamente a partir de las ABVD. A su vez, las mujeres presentan menor riesgo de pasar desde un estado no dependiente hacia el fallecimiento y,a la vez, mayor riesgo hacia un estado dependiente de ayudas, tanto al considerar únicamente actividades básicas así como cuando se consideran además las instrumentales y avanzadas.
Por tanto, los cuidados que se orientan a los adultos mayores que viven en la comunidad en nuestro país deberán tener en consideración el tipo de actividades sobre los que la persona requiere ayuda. Además, deben tener en cuenta las características sociodemográficas y económicas ya que los resultados muestran diferencias según el tipo de actividades consideradas para la dependencia según género y nivel educativo.
Es un trabajo en conjunto con Alejandra Marroig (Instituto de Estadística, FCEA, Udelar) y Graciela Muniz-Terrera (Centre for Dementia Prevention-University of Edinburgh-Scotland-UK).
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