El 30 de julio, en el Salón 7 de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA), a las 14 horas, se llevó a cabo el taller de sensibilización en equidad de género, una iniciativa que surgió del Comité de Calidad con Equidad de Género.
El evento tuvo una amplia convocatoria, no sólo de parte de funcionarios y funcionarias, sino también de docentes y estudiantes de la facultad.
En esta jornada expusieron la Ec. Andreina Moreira, docente grado 2 del equipo central que implementa el Modelo de Calidad con Equidad de Género, y la Dra. Gabriela Albornoz, asesora técnica que, entre otras, recepciona las denuncias que llegan a la Comisión de Actuación ante Violencia, Inequidad, Discriminación y Acoso (CAVIDA).
En la primera parte de la jornada, Moreira señaló la actividad del Comité en referencia al proceso de acreditación, a la instalación en la comunidad académica tanto de la FCEA como de la Universidad de la República (Udelar). Señaló las estadísticas generales de la universidad en referencia a la cuota de género según los escalafones de grado docente, ante el llamado techo de cristal que las mujeres experimentan para acceder a los cargos de responsabilidad. En este sentido, Moreira habló de lo importante que es fomentar la redistribución de los tiempos, en los que la mujer no debe ser la principal responsable en el cuidado y la atención familiar.
Esta es la intencionalidad de la campaña de comunicación visual recientemente presentada por el Comité de calidad con equidad, realizada en conjunto con la Unidad de Comunicación de FCEA. El foco está puesto en concientizar, a partir del impacto, sobre cómo las mujeres de la comunidad académica deben sortear muchas veces con este tipo de obstáculos para continuar con su carrera profesional.
En segundo lugar intervino Gabriela Albornoz que, por su parte, enfatizó en el servicio prestado por CAVIDA, una comisión asesora compuesta por integrantes de los tres órdenes y por los funcionarios y funcionarias representadas por AFFUR. Participa también en esta comisión una asesoría del decanato y ella misma, Albornoz, como asesora técnica. Asimismo, detalló el procedimiento específico para la recepciónde denuncias de acoso. Explicó que desde la Comisión se cuida especialmente a las víctimas y se mantiene una específica política de privacidad avalada por el Protocolo para la actuación ante el acoso sexual, por el cual “no solo se reciben denuncias, sino que se definen mecanismos de la comisión, y es una herramienta de prevención en sí misma”, dijo.
Destacó que “el protocolo en sí mismo es una forma de reconocer que las situaciones de acoso existen, y de ahí la necesidad de tener dicho documento. Lo primero que hace este instrumento es reconocer la existencia”.
Haciendo referencia a CAVIDA, que es una sigla bastante amplia, aseguró que abarca situaciones de acoso, violencia, inequidad y discriminación dentro del ámbito de la facultad: “Ahora estamos tratando de ver cómo el protocolo empieza a aplicar las normas generales, en este caso las leyes, y el procedimiento general de la Udelar en estas situaciones. Yo tengo que acompasar este protocolo con todas esas leyes generales y esa es una labor que hoy estamos pensando desde la Comisión, afinando los conceptos”, dijo Albornoz. Señaló que todo este trabajo está relacionado con procesos que están a la interna de la facultad pero también con aquellos que están por fuera, con procesos sociales”.
Es que el Protocolo para la actuación ante el acoso sexual quien creo la CAVIDA, no se encarga solamente de recibir denuncias, sino que también define mecanismos de prevención y mecanismos de creación de política futura: “Hay que construir mecanismos para cambiar situaciones determinadas instaladas y para repensarnos, poder pensarnos en otros modelos de relación”.
Ambas expositoras y miembros del público, dieron cuenta de las formas de dominación y poder que se entretejen en el ámbito académico, en lo laboral y en ámbitos de estudio, y que no comprende únicamente al género masculino. Se trata de formas machistas de ejercer el poder, muchas veces ejercidas por las mismas mujeres, o por “coaliciones de personas”, como indicó una participante. En palabras de Albornoz, el género es una cuestión relacional, y se trata, en definitiva, de saber cómo ejercerlo sin perjudicar al resto de integrantes de la comunidad.
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