El lunes 15 de junio conversamos con Silvina Nápoli, Coordinadora académica de Posgrados, Rosario Bustillo, Directora Administrativa de Posgrados, y Ana Schvarz, Coordinadora del Posgrado Economía y Gestión para la Inclusión. Quisimos saber cuáles fueron las principales dificultades, retos y beneficios de esta nueva modalidad de enseñanza, que lleva implementándose tres meses.
En primer lugar, les preguntamos cuáles habían sido las principales dificultades con las que se encontraron con la llegada de la modalidad virtual de la enseñanza.
Silvina Nápoli dijo que, en primer lugar, lo más complejo fue definir cuál era la herramienta que se iba a utilizar para las clases virtuales, y, en segundo lugar, la coordinación entre coordinadores, docentes, departamentos académicos y la facultad, que fue mayor que la coordinación que ya estaba implementada. Añadió que gracias al esfuerzo conjunto de coordinadores, docentes, funcionarios administrativos, departamentos académicos y autoridades de la facultad se pudo comenzar el sistema virtual de clases a la semana y media de haber declarado la emergencia sanitaria, y evitar la discontinuidad: se continuó tanto con las clases como con las inscripciones que se estaban realizando. Nos comentó que hubo algunos ajustes de cronograma en algunos posgrados, pero se pudo comenzar a la brevedad.
Rosario Bustillo añadió que se hizo un gran esfuerzo, y que se vieron y se ven los resultados.
A continuación, como aspecto positivo de esta experiencia, se destacó la participación de gente del interior. Rosario Bustillo dijo que esta virtualidad es el gran pasaje para que gente del interior pueda participar de los posgrados y descentralizar.
Silvina Nápoli añadió que la virtualización de los cursos hizo que profesionales del interior, que antes no podían asistir a los cursos, pudieran participar de los mismos. Para ambas, esto fue una gran oportunidad y se supo aprovechar en estas circunstancias, para acercar más la formación a nivel de posgrados a la gente del interior.
Charlamos también sobre los desafíos que tuvieron los docentes en el vínculo con estudiantes a través de la pantalla. Silvina Nápoli destacó que perder el contacto visual y la dinámica que se genera en las clases fue uno de los mayores obstáculos con los que se encontraron las y los docentes. En muchos casos, añadió, los docentes han trabajado en duplas para poder atender a un mismo tiempo varios aspectos de la clase, para no perder eso que en la clase presencial es más fácil de llevar a cabo. Nos comentó que no hay solamente clases magistrales, sino que se genera también mucho intercambio y participación, y se temía perder eso, pero se ha logrado mantenerlo bastante, y soslayar esa falta de contacto.
Rosario Bustillo comentó que, dentro de la organización que hubo, se pudo dar mucho apoyo a docentes, mediante cursos, para que aprendan a usar las herramientas.
Otra de las cosas que destacan como positiva es la apertura de las clases que daban profesionales extranjeros a todo el público, y no únicamente a estudiantes de sus cursos.
Ana Schvarz, Coordinadora del Posgrado Economía y Gestión para la inclusión, destacó que incorporar gente del interior era un reclamo de hace mucho tiempo y, además, que hay mucha gente que trabaja en el territorio y que está interesada en esta especialización. Actualmente son 543 personas que siguen los cursos de Posgrados, y se pudo continuar también con la defensa de los trabajos de tesis de Maestría.