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Ana María Teja y Alicia Melgar fueron reconocidas profesoras eméritas de FCEA

El miércoles 26 de setiembre las ex docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA) Ana María Teja Castañeira y Alicia Teresita Melgar Zeballos fueron reconocidas con el título de profesoras eméritas.

El acto, que se realizó en el salón 38 de la facultad, fue moderado por el ex decano de FCEA, Rodrigo Arim y comenzó a las 18 horas con la interpretación de algunas canciones a cargo de músicos de la Escuela Universitaria de Música.

El rector de la Universidad de la República, Roberto Markarian, no quiso perderse el reconocimiento de las profesoras a pesar de que debía retirarse rápidamente para presidir la Asamblea del Claustro de la Facultad de Derecho, que elegía decano.

Pidió disculpas a las personas presentes por retirarse temprano y, como rector, agradeció a ambas profesoras por su trayectoria y trabajo en la universidad. Sin embargo, hizo mención especial a Ana María y señaló que “con la familia Teja Rodríguez me liga una inmensa amistad que viene de muchos años y tengo que expresarle mi agradecimiento a Ana María por lo que hicieron por mí en los años 70, años difíciles”.

Juan José Goyeneche, decano interino de FCEA, leyó dos de los muchos mensajes que le llegaron a las profesoras saludando, como el de Enrique Iglesias, quien envió una cálida felicitación a las profesoras por el merecido reconocimiento, y que destacó: “han sido pioneras en representar a las mujeres en nuestra facultad”. También Luis Macadar les mandó un “afectuoso saludo”.

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Posteriormente, Rodrigo Arim explicó que este homenaje fue propuesta del Consejo del Departamento de Economía y el 25 de abril, por unanimidad, el Consejo de facultad hizo efectiva esta designación, dando así reconocimiento al trabajo de ambas profesoras que colaboraron decisivamente en el desarrollo de FCEA, teniendo trayectorias muy destacadas como docentes e investigadoras.

El ex decano de FCEA, dijo: “el mejor homenaje que le puedo hacer a las profesoras es ubicarlas en la historia que a mí me tocó vivir en la facultad”. Señaló que nunca fue alumno de Alicia Melgar, pero sin embargo afirmó:  “cuando entré al Instituto de Economía los trabajos de Alicia sobre la desigualdad y la pobreza fueron fundamentales. Comencé a trabajar como investigador leyendo sus trabajos. También tuve la suerte de tenerla como jefa indirecta cuando ella dirigía el Instituto Nacional de Estadística (INE) porque me tocó integrar un equipo técnico que desarrolló un plan nacional de desarrollo estadístico para el INE”.

Arim destacó:  “Alicia es una referente en la economía en el Uruguay y sus contribuciones fueron referencia para muchos jóvenes investigadores en los temas de desigualdad y distribución de ingreso”.

A diferencia de Alicia, dijo Arim, “Ana María fue una presencia no esquiva y para buena parte de mi generación la cátedra que ella comandaba era un mojón bastante temido. Fue la única materia en la que di un examen oral y de ese oral sí que no me olvido más”. También valoró la formación que recibió por parte de Ana María como docente y especialmente destacó: “los estudiantes que fueron a formarse al exterior, valoran mucho los conocimientos de econometría que adquirieron de Ana María”

En tanto, la profesora Graciela Sanromán, una de las impulsoras de este reconocimiento, presentó un fragmento del documental Las sin sombrero, que hace referencia a un grupo de mujeres pensadoras y artistas españolas de la generación del 27, cuyos aportes fueron fundamentales para la cultura española pero no fueron reconocidas en su tiempo como se merecían. Sanromán explicó que junto a la profesora Andrea Vigorito asistió a Cinemateca a ver este documental y se preguntaron quiénes serían las sin sombrero de la economía uruguaya. Inmediatamente pensaron en Ana María Teja y en Alicia Melgar, y que sus ejemplares trayectorias académicas deberían ser reconocidas.

 

Sobre Ana María Teja destacó su avidez por aprender y vocación por enseñar. Señaló que Ana María fue la primera persona de su familia en obtener un título universitario y además, junto a Celia Barbato, se convirtió en la primera economista del Uruguay. Sanromán dijo sobre Ana María: “siempre colocó su formación y su actividad científica como prioridad a pesar de los años difíciles”.

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Adrián Fernández, quien impulsó a Ana Maria a concursar a un cargo de profesora titular de econometría en la facultad en el año 1985, grabó un mensaje a través de un video y recordó: “la facultad no disponía de un laboratorio de informática en los años 90. A través de un estudiante que trabajaba en una empresa, conseguimos que nos prestaran las computadoras para hacer prácticas econométricas con los alumnos. Íbamos a dictar clases en los horarios en que estaban disponibles las computadoras y llegamos a tener clases sábados y hasta domingos. Todos iban con gran entusiasmo. Esta anécdota ilustra la permanente preocupación de Ana María por mejorar la calidad de la educación y la actualización a sus alumnos”.

 

La profesora Sanromán dijo: “Ana María generaba un ambiente de trabajo muy agradable y formativo tanto para estudiantes como para docentes”. Añadió que para ella la docencia era un proceso de ida y vuelta tanto con los estudiantes como con los docentes de la cátedra. Siempre estaba atenta y receptiva a las inquietudes y sugerencias. Siempre se mantuvo actualizada en una cátedra de frenético crecimiento, y fue referente para jóvenes investigadores que hoy son reconocidos economistas”.

Sostuvo que es una persona entrañable, siempre mantuvo una relación muy cordial y cercana con sus estudiantes.

Además tuvo un destacado rol como investigadora. Sanromán mencionó su investigación sobre la migración uruguaya que constituye una referencia para los trabajos sobre la temática.

En su actividad profesional, también tuvo una trayectoria destacada como asesora en materia de estadísticas y gerente del área de estadísticas económicas en el Banco Central del Uruguay. Lourdes Erro, quien fue su sucesora en la gerencia, lo subrayó en un video que envió e hizo referencia a los importantes aportes que dejó a sus compañeros: “su impronta e iniciativa que hoy tratamos de continuar”, explicó. 

Por su parte, la profesora Andrea Vigorito se refirió a la trayectoria de Alicia Melgar y destacó que una característica de Alicia es la diversidad de las cosas que hizo y sus intereses. Puso como ejemplo: “estudió Analista de Sistemas en la Facultad de Ingenieria y casi se recibe y eso demuestra su interés por el manejo de datos”.

Destacó la frontalidad de Alicia, la cero formalidad y su gran sentido del humor en cualquier situación, al contar la experiencia de su trabajo con ella en el Instituto de Economía de facultad.

Con respecto a su trayectoria como investigadora también destacó que Alicia fue un punto de quiebre y un puente para el estudio de los temas de pobreza y distribución del ingreso.

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Juan José Calvo, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Uruguay grabó un video en el cual contó: “Alicia siempre transitó su vida profesional con una gran ética acompañada de una fuerte calidez con un enfoque humano, y eso uno lo puede ver con su producción académica y su preocupación por la situación social de las personas, algo que nos inculcó a quienes trabajamos con ella”.

Calvo explicó que como directora del INE habilitó el acceso a las bases de datos a todos los usuarios, seguramente sensibilizada por la dificultad que los usuarios y los investigadores tenían para acceder a los datos: “Ella abrió esa puerta que ayudó a obtener información”.

También hizo referencia al perfil bajo de Alicia y a la enorme generosidad en acercarse a los colegas: “Nunca se dio cuenta de lo buena docente que fue, en su contacto personal para enseñarnos a los jóvenes e incluso señalandonos los errores, a veces hasta de forma dura y rigurosa. Nos guió, nos enseñó y nos transmitió una ética de cómo debía transitarse la economía”, concluyó Calvo.

La senadora Constanza Moreira, que trabajó con ella en los años 80, envió un mensaje destacando: “Alicia fue una inspiración en mi juventud y un ejemplo de alegría, inteligencia, compañerismo y compromiso”. La recordó como una investigadora incansable, generosa y solidaria: “Somos una generación que te debe mucho”,  expresó.

Luego las homenajeadas recibieron por parte de Rodrigo Arim su título de Profesoras Eméritas y recibieron el cálido aplauso por parte del público.

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Ana Maria Teja fue la primera en tomar la palabra y, emocionada, expresó: “es una grata sorpresa recibir este reconocimiento que me brinda esta institución a la que quiero mucho. Me siento muy honrada por este título y feliz por compartirlo con ustedes”.

Explicó que su inclinación hacia la econometría nace por las matemáticas y eso le condujo a los estudios matemático-cuantitativos. “Al egresar de facultad en el 59 tuve la posibilidad de viajar a Francia para continuar mis estudios”, dijo. Se definió como una “econometrista interesada en el desarrollo social y económico del país”.

Con respecto a la docencia dijo: “tuvo un papel muy importante en mi vida y solo se interrumpió en los años de dictadura cívico-militar, años difíciles para la sociedad uruguaya y en particular para la universidad”.

“Fue un placer trabajar en la cátedra de la facultad. Mi reconocimiento y agradecimiento a los docentes por su compromiso universitario y por su contribución al desarrollo de la asignatura. Le agradezco también a las diferentes generaciones de estudiantes por ayudarme a avanzar junto a ellos, los recuerdo con mucho cariño. También destacó su orgullo por haber trabajado en la Udelar, principal institución de educación superior y de investigación del Uruguay, y que defiende los principios de la justicia, la libertad, los derechos humanos y la forma republicana y democrática”, declaró.

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Por su parte, Alicia Melgar destacó: “esta para mi es una tarde de agradecimientos, de recuerdos y de reencuentros”.

Agradeció a quienes impulsaron este premio: “mi reconocimiento, a ustedes, pero principalmente a la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración y a la Universidad de la República. Si yo hubiera vivido en otro país, seguramente no hubiera podido acceder a la formación que tuve, por eso quiero agradecer a la gratuidad de la enseñanza terciaria”.

También hizo una mención especial a Jorge Blanco: “nos dejó cuando era muy joven. Fue un gran compañero y profesional y en él quiero reconocer al Instituto de Estadística”.

Con respecto al Instituto de Economía, dijo que le sirvió de muchísima experiencia y, sobre todo, cuando después aceptó el desafío de la dirección del INE.

Sobre la docencia, aclaró que fue docente de una cátedra muy grande y explicó que nunca se consideró buena profesora: “creo que fui mejor investigadora que docente, sobre todo con la dificultad que había para conseguir datos en aquellos tiempos”.

“La docencia es una actividad sacrificada y estresante. Para mí dar una clase era como dar un examen, entrar a dar una clase era una evaluación constante, era terrible, era ser evaluada por unas 300 personas que saben menos que una pero que ante cualquier equivocación, iban a saltar a la yugular”, expresó y desató las risas del público presente. Por eso explicó que su estrategia era preparar mucho material ya que no tenía dotes histriónicos como consideraba que tenía que tener un docente: “más bien tenía pánico escénico”, explicó. Contó como anécdota que en su última clase como docente, cuando le anunció a sus alumnos que “colgaba los botines”, ellos la aplaudieron como reconocimiento.

Alicia señaló para finalizar: “para ser docente hay que tener mucha tenacidad y vocación. Yo tenía mucha tenacidad. Por eso es que siento una enorme emoción al recibir esta distinción, porque siento que todo el esfuerzo valió la pena”.

Album de fotos del reconocimiento a las profesoras Ana María Teja y Alicia Melgar.

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