El jueves 27 de setiembre se realizó la Asamblea de Claustro de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración en la cual se designó por unanimidad al nuevo decano, Jorge Xavier, para el periodo 2018 - 2022.
Jorge Xavier es contador público por la Universidad de la República, con estudios en administración, y fue director del Departamento de Administración de la facultad.
Desde 1991 es docente en el área de Administración y profesor titular en Ciencias de la Administración desde el 2010. Fue director de la Escuela de Administración, integrante del Claustro y del Consejo de facultad en representación del orden Docente. Ocupó el cargo de decano interino en el período 2016 - 2018.
Desde el año 1999 ocupa diferentes cargos gerenciales en el Banco Central del Uruguay. Ha realizado investigaciones sobre temas de Supervisión Financiera, Gobierno Corporativo en Bancos Centrales y Rol de los Sistemas de Pagos en la Inclusión Financiera.
Hasta los 18 años vivió en Artigas y es hincha de Peñarol. Se define como buen asador y “un corredor del montón convertido en ultramaratonista que llega a la meta”. Comenzó a correr en el año 2006, a los 46 años, y su primera carrera de 10 km “no surgió de forma muy planificada”, según cuenta. “Al día de hoy llevo 466 carreras computadas una por una y de esa cantidad, 60 carreras son de 42 km o más”.
Pocos años después, comenzó a correr en trail o ascenso en la montaña, carreras en contacto con la naturaleza y en condiciones críticas que son las que más lo desafían.
Corre en grupo porque de otra manera no podría hacerlo, “uno tiene la obligación de protegerse y proteger a los demás”, explica.
Para él asumir el cargo de decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración es otro objetivo desafiante en su vida y sus prioridades para estos cuatro años serán profundizar el rigor académico, reforzar la democratización y seguir trabajando para lograr la descentralización de la educación universitaria.
¿Cómo surge el viaje al campamento de base en el Everest?
En el 2013 empecé a hacer este tipo de actividades más exigentes, y me integré a un grupo de entrenamiento para no seguir entrenando por la mía. Con este grupo los desafíos fueron creciendo: fui a correr 100 km al Mont Blanc entre Italia, Suiza y Francia. Después fui a correr a Alemania, Austria, Suiza e Italia unos 270 km en ocho días en el año 2015. Con un grupo de amigos que denominamos “Los hermanos de la montaña”, subimos al Cordón del Plata para hacer montañismo en la ciudad de Mendoza (Argentina), muy cerca de Chile, y llegamos a 4700 metros en noviembre del 2016. Entonces un compañero propuso ir al Everest, y fuimos. Estuvimos dos semanas haciendo trekking por la montaña y llegamos el 4 de noviembre de 2017 al mediodía al campamento base. Ese es el punto al que se puede llegar sin ninguna asistencia ni permiso especial, y a los 45 minutos de estar ahí empezó a nevar. Al día siguiente subimos un poco más alto, a Kala Patthar,una montaña en el Himalaya de Nepal,a 5560 metros sobre el nivel del mar, que tiene una vista espectacular. Ahí completamos la magia del viaje.
¿Cómo surge la idea de realizar el libro De la penillanura al Himalaya que recientemente presentó?
Siempre llevo la cámara de fotos y escribo crónicas cuando hago este tipo de actividades. Mi grupo de amigos me convenció de que tenía que escribir un libro y me lo puse como meta. Cuando lo titulé recordé lo que nos enseñaron en la escuela, que “Uruguay es una penillanura suavemente ondulada”. Yo salí de la penillanura y llegué al campamento base del Everest. Tampoco quería vender la ilusión de que se pudiera encontrar cosas sumamente especiales en el libro, por eso el subtítulo es Un corredor del montón convertido en ultramaratonista, porque me sigo considerando un corredor del montón. Muy difícilmente esté en condiciones de definir algo, pero llego.
Es increíble como en este tipo de aventuras que tienen mucho de supervivencia, de contacto con la naturaleza, voy identificando cuestiones creativas que voy aplicando en el ámbito educativo.
¿Desde cuándo es docente, y cómo se define como docente?
Empecé con la docencia en 1990, siempre me gustó y en general me ha ido bien, leo las evaluaciones que los estudiantes hacen de mis cursos y tengo en cuenta las observaciones que me formulan para mejorar. Siempre he trabajado en temas de administración, de gestión, de toma de decisiones de estrategia y por eso estas actividades en condiciones difíciles que me exigen confiar en los demás y construir en conjunto, quizás tengan que ver con lo que hago en el ámbito docente. Las actividades deportivas que desarrollo tienen mucho de estratégia y poco de competitivo, y esos aprendizajes los translado a mi actividad docente.
¿Qué le motivó para ser decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración?
La postulación surgió por parte de un grupo de docentes de diferentes departamentos de la facultad y cuando les pregunté por qué, me dijeron que necesitaban un hombre que pueda generar consenso. Entonces pensaron en mí. Yo vengo de un cargo gerencial importante en el Banco Central del Uruguay (BCU) y luego de 35 años ahí sentí la necesidad de probar un nuevo desafío. Pensé que no podía rechazar esta posibilidad porque me iba a arrepentir y creo que uno tiene que buscar siempre objetivos desafiantes. En ese sentido, este es un objetivo desafiante. Una vez que la propuesta estaba hecha, comencé a construir mi propuesta programática y me sentí muy a gusto porque la fui construyendo a partir de reuniones e intercambio con los diferentes órdenes.
¿Cómo encontró la facultad a un mes de haber asumido?
Esta es una facultad que viene de un proceso de cambios muy fuerte y transformador y como tal generó ciertas rispideces en algunos ámbitos, pero sobre todo encontré una facultad convencida sobre cuál era el camino a seguir y eso ayuda mucho para poder avanzar. En casi un mes he tenido la necesidad de leer muchísimo y me he reunido con mucha gente. Eso me agrada. He tratado de representar a la facultad de los ámbitos a nivel central y tengo el privilegio de representar al Área Social y Artística en la Comisión Programática y Presupuestal. Me he sentido a gusto, aunque muy ocupado, pero era previsible. Siempre salgo con la mochila en el auto y según a qué hora termino las actividades, veo si puedo entrenar ese día.
¿Cuáles son los principales desafíos que cree que enfrentará su gestión?
Definí tres aspectos principales: democratización, descentralización y rigor académico. El elemento que debe estar en la base de todo es generar cierto grado de consenso en los Departamentos Académicos y los órdenes de cogobierno que permitan cierta estabilidad para solidificar el proceso de cambios que la facultad vivió y sigue viviendo. Uno de los riesgos es que los cambios queden demasiado atados al líder que los promovió como lo fue Rodrigo Arim, pero si nosotros aseguramos esa base mínima de consenso, nos va a permitir saber que este es un camino que no tiene retorno sino que tiene bases claras para seguir promoviendo la democratización de la enseñanza universitaria a nivel de grado y de posgrado.
Con lo que respecta a posgrados, nosotros tenemos una oferta que está esencialmente concentrada en posgrados profesionales y que tienen costo y lo que tenemos que hacer es buscar un mecanismo que permita avanzar en la concesión de becas y descuentos que permitan el acceso a todos. Tenemos que generar posgrados de naturaleza académica, tema que está aún pendiente, especialmente en el área de Administración.
Entre sus prioridades mencionó la necesidad de profundizar el rigor académico, ¿a qué se refiere?
En general los estudiantes tienen tendencia a elegir las Unidades Curriculares que más rápido los lleven al título, que es una decisión racional, pero desde la dirección de carrera debemos realizar un asesoramiento sólido a los estudiantes en la elección de esas trayectorias. La masividad también nos impacta en las modalidades de enseñanza que aplicamos en los diferentes cursos. Este es un tema que me preocupa, y en ese caso tenemos que reforzar la Unidad de Apoyo a la Enseñanza. Considero que todos los docentes deberíamos pasar por una instancia de actualización pedagógica y didáctica porque corremos el riesgo de creer que la formación que tuvimos como docentes vale para toda la vida, y eso no es así porque tenemos nuevos planes de estudio, nuevos contenidos y nuevas formas de evaluación como pueden ser las pruebas de múltiple opción. Las formas de evaluación deben ser consistentes con la modalidad que estamos utilizando, que es la semipresencial. Todos los docentes deberían pasar una vez cada cinco años por una instancia de actualización como parte de su plan de trabajo y compromiso con su rol, porque de lo contrario perdemos rigor académico.
Este es un objetivo definido que vamos a impulsar desde el equipo de decanato. Siempre nos quejamos de que los estudiantes no leen como leíamos nosotros, pero los estudiantes no son como éramos nosotros y por lo tanto las modalidades de aprendizaje han cambiado. Hoy estamos recibiendo estudiantes que nacieron en este siglo, por ejemplo que no sacan apuntes porque sacan una foto con el celular. Por todo ello, no es que los estudiantes tengan problemas de aprendizaje, sino que nosotros tenemos problemas de enseñanza. Los docentes tenemos que ponernos en el lugar de los estudiantes y entender su lógica.
En su plataforma dice que los departamentos de Contabilidad y Tributaria y de Administración muestran menores grados de consolidación que los otros departamentos. ¿Cuál es su plan para fomentar la inserción y participación activa de los docentes en los departamentos?
La mayoría de los docentes son profesionales y tienen la docencia como segunda actividad, y eso tiene aspectos beneficiosos. Hay que reconocer esa actividad y no exigirle dedicaciones muy altas, pero también es necesario reconocer que necesitamos generar un cuerpo docente sólido que permita sostener el funcionamiento de estos departamentos académicos a lo largo del tiempo. En particular en estos departamentos necesitamos generar un cuerpo de investigadores de alta dedicación porque ocurre que los docentes explican en sus clases conceptos, teorías y casos de contextos distintos a lo que sucede en Uruguay. Por ejemplo, en un libro de Estados Unidos, la definición de una pequeña empresa que uno lee en un libro de texto tiene 1000 trabajadores y para Uruguay esa cantidad de trabajadores conforma una gran empresa.
Recién estamos empezando a formar investigadores porque necesitamos generar conocimiento de la realidad nacional.
Para incentivar esa investigación tenemos los posgrados, y creo que es necesario hacerle a los estudiantes propuestas atractivas en etapas tempranas de su etapa profesional a través de llamados específicos para ese fin, o identificando estudiantes que tienen mucho potencial. Podemos incentivarlos a que puedan incorporarse a los equipos. Las becas para los posgrados, también, son una posibilidad para incentivar jóvenes investigadores.
Recientemente se han publicado informes de evaluación del plan de estudios 2012. ¿Cuál es su valoración de este plan?
Sin dudas, este plan ha permitido duplicar el número de egresados y esa es una señal de éxito importante. El acortamiento de la carrera, la creditización y la flexibilidad del plan es algo positivo al igual que la vinculación con los Espacios de Formación Integral, porque le da a los estudiantes contacto con la práctica de forma más integral.
Las evaluaciones que se han hecho ponen en alerta algunos aspectos con los que debemos trabajar. Por ejemplo, las modalidades de enseñanza y el desempeño de los docentes, la actualización de los contenidos y el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación.
Todo esto tiene relación con el rigor académico al que me refería, que tenemos que trabajar. Esto requiere recursos que hoy están bastante tensionados pero tenemos que ver cómo los enfrentamos.
Una de las prioridades de su gestión es continuar con el proceso de descentralización universitaria, ¿cómo proyectar la presencia en el interior teniendo en cuenta las restricciones presupuestales?
Lo que tenemos que hacer es tratar de mantener lo que hasta el momento se ha hecho. Lo que estuvo en tela de juicio fue la continuidad de la carrera de contador público en Maldonado porque estuvo vinculado a una promesa de parte de la dirección del Centro Universitario Regional del Este que tuvo mucho de voluntarismo y no tanto de compromiso institucional y cuando empezaron las restricciones presupuestales comenzó esa duda. Pero es una premisa continuar con la oferta de la facultad en el interior, yo me resisto a cortar la presencia, tenemos que tratar de mantener lo esencial de la oferta. Desde el equipo de decanato estamos elaborando una propuesta para identificar docentes que puedan atender el curso en Maldonado pero de más de una unidad curricular y con una inversión racional de recursos mantener la carrera. Vamos a conversar con el Centro Universitario Regional Este y con la Comisión Coordinadora del Interior para mantener la oferta y ojalá en el futuro poder extender las ofertas.
Hay que seguir consolidando la carrera de Tecnólogo en Administración y Contabilidad y en Tacuarembó he hablado con docentes sobre la posibilidad de una Licenciatura de Economía y Gestión de Agronegocios. Hay que aprovechar los recursos humanos que ya están en los Centros Universitarios. La Universidad tiene que estar presente en el interior, es la Universidad de la República y por tanto es un mandato mantener la presencia de nuestras carreras de grado en el interior y, en la medida de lo posible, lograr incrementarla.
¿Qué estrategias propone para atacar la desvinculación estudiantil?
Fundamentalmente, en los primeros semestres hay que transmitirle a los estudiantes que nos preocupan y que por lo tanto nos preocupamos en atenderlos, tenemos que transmitirles certezas y acompañarlos en el proceso. La facultad está en muy buen camino a través de todas las acciones que se realizan desde la Unidad de Apoyo a la Enseñanza, las Tutorías entre pares y el programa Rescatate que estamos llevando adelante, que apunta a tratar de evitar la deserción durante los dos primeros semestres. Tenemos que asegurarnos que baje ese 30% de estudiantes que no aprueban ninguna unidad curricular en el primer año. Es un número muy grande. Si no continúan porque optaron por otro camino, es bueno, pero me preocupa si estos estudiantes abandonan y no continúan estudiando, por eso hay que seguir trabajando.
Para usted es importante continuar con el proceso de democratización de la educación universitaria. Con respecto a los estudiantes privados de libertad que tiene la facultad, ¿cómo va a continuar con el trabajo?, ¿qué estrategias propone?
Es un proyecto que tiene importancia a nivel institucional y que atiende el derecho humano a la educación y por eso vamos a seguir apoyando el trabajo, es un compromiso. Lo que creo que es que se ha manejado de un modo voluntarista en algunos aspectos y eso nos ha llevado a una ineficiencia en la forma en la cual estamos atendiendo esta situación. Hasta el momento es un grupo relativamente reducido de estudiantes privados de libertad, son siete estudiantes distribuidos en el área metropolitana. El grado de internalización a nivel de los diferentes departamentos no es uniforme con respecto a este tema y creo que eso es por desconocimiento. Es típico que cuando uno no conoce algo, lo rechace. Puede estar el discurso acerca de que “no hay recursos para atender un curso de contador público en Maldonado pero sí hay docentes y está la camioneta de la facultad disponible para atender a siete estudiantes privados de libertad”. Ese es el discurso que hay que combatir a través de la difusión y de la comunicación. Por eso estamos tratando de generar que en los departamentos los docentes tengan apoyo para atender a estudiantes en estos contextos específicamente. Es importante trabajar a nivel central en la Udelar y optimizar los recursos.
Una de las cosas que tenemos que hacer es concentrar la oferta y ver qué tipo de cursos damos nosotros y cuáles dan otras facultades, por ejemplo sociología o matemáticas y coordinar. Esta es una línea que atiende un derecho humano y vamos a continuar, pero hagámoslo con eficiencia en los recursos.
El consejo de la FCEA aprobó hace unos meses un protocolo para abordar situaciones de acoso sexual. ¿Cómo plantea continuar esta línea de trabajo?
Hay que reforzar esta línea de trabajo y la forma inmediata de hacerlo es que una de las asistentes académicas se incorpore al equipo de trabajo del Comité de Calidad con Equidad de Género, porque me interesa tener la presencia del equipo de decanato directamente trabajando en el tema. Esto es un compromiso en mi gestión también, este tema forma parte de mi razón de ser.