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16/10/2020: Externalidades positivas de las Tutorías Entre Pares

 

--Maximiliano Machado

 

Introducción

El ingreso a la educación universitaria suele ser complicado para gran parte de los estudiantes. Pasar de la educación secundaria con una reducida cantidad de compañeros y reglas del juego que se repitieron durante seis años, al sistema universitario donde las clases involucran a cientos de estudiantes y el sistema funciona de manera totalmente diferente, puede no ser sencillo. Adicionalmente, esta adaptación puede ser aún más turbulenta para aquellos que provienen del interior, teniendo que lidiar no solo con la novedad del sistema educativo sino con el hecho de verse alejados de su familia –en muchos casos– por primera vez. Buscar mejorar la adaptación de estos estudiantes al sistema universitario debe ser prioridad, ya que una mala inserción puede terminar ocasionando la deserción del sistema educativo.

Para actuar sobre este aspecto, la Universidad de la Republica (UdelaR) y varias de sus facultades han generado una serie de programas de tutorías. Tutorías Entre Pares (TEP) es el nombre del programa que lleva adelante la Facultad de Ciencias Económicas y Administración (FCEA) desde 2011, buscando mejorar la adaptación de los estudiantes de primer año a la facultad. El programa consiste en un grupo de estudiantes avanzados (tutores) de todas las carreras de la FCEA que brindan acompañamiento a estudiantes recién ingresados (tutorados), generando un sistema de aprendizaje asimétrico entre pares (Duran y Vidal, 2004; Santivago et al., 2018). Las tareas de los tutores consisten en resolver dudas acerca del funcionamiento administrativo de la facultad, brindar consejos, organizar talleres acerca de las carreras de la FCEA y encuentros grupales entre estudiantes, entre otras actividades. Por otro lado, los tutorados son todos aquellos estudiantes de la generación de ingreso que deciden voluntariamente registrarse para participar en las TEP, recibiendo durante todo el año lectivo el apoyo de los tutores.

Sin embargo, el programa en cuestión no brinda ningún tipo de apoyo académico. Los estudiantes no reciben –a diferencia de otros programas– clases particulares de ninguno de los cursos dictados. Dado esto, resulta interesante investigar acerca de los potenciales efectos que puede tener este programa, tanto sobre dimensiones en las que busca actuar como sobre los resultados académicos de los estudiantes tutorados. Si bien este último no es el objetivo de las tutorías, el hecho de fomentar la inclusión y generar un ambiente donde las nuevas generaciones puedan adaptarse de buena manera a la vida universitaria podría terminar impactando en su desempeño académico. A través de trabajar en estos aspectos sociales las tutorías podrían estar generando una mejora en dimensiones académicas de los tutorados.

En este sentido, buena parte de la literatura en tutorías se ha dedicado a analizar efectos causales de este tipo de programas. Una de los principales efectos que se registra es una reducción en la tasa de deserción estudiantil en comparación con estudiantes que no participan en estos programas (Mangold et al., 2002; Crisp, 2010; Hu y Ma, 2010). Lo que puede ser visto como el principal objetivo de este tipo de programas. Por otro lado, también hay evidencia de externalidades en dimensiones académicas, donde estudiantes tutorados obtienen mejores calificaciones que aquellos que no participan en los programas (Rodger y Tremblay, 2003; Salinitri, 2005; Hu y Ma, 2010).

¿Cómo abordar la problemática?

Dado que no existe evidencia empírica de los efectos de programas de tutorías en la UdelaR, resultaba interesante indagar en este aspecto. De esta forma, se buscó responder a la siguiente pregunta:

¿Tuvo el programa de TEP efectos en la tasa de deserción y en los resultados académicos de los estudiantes participantes en el año 2018?[1]

Obtener una medida de este efecto puede constituir un aspecto clave en la elaboración de políticas educativas de la UdelaR, puesto que permitirían cuantificar los resultados y dirigir de forma correcta el gasto para maximizar la eficiencia de dichos programas.

En términos generales, para evaluar correctamente el impacto de programas es necesario contar con dos grupos: tratados y control. Los tratados son aquellos que reciben el efecto del programa (en este caso, participantes de tutorías), mientras que el grupo de control se compone de individuos que no resultaron expuestos al programa. El problema principal en este tipo de análisis es que es necesaria una aleatoriedad en la asignación de tratados y controles para una correcta identificación del efecto causal. En el caso de las tutorías esto no se cumple, dado que es factible pensar que los estudiantes que voluntariamente se registran en el programa pueden ser una parte seleccionada del total de estudiantes. Podría pensarse que éstos tienen una serie de características que los hace creer que necesitan apoyo, como, por ejemplo, malas calificaciones, inseguridad, mayor probabilidad a ser del interior o de ser recién egresados de educación secundaria, entre otras características.

Dado que no se cuenta con una asignación aleatoria que permita evaluar la causalidad de las TEP en las dimensiones de interés, se resuelve emplear métodos de emparejamiento por observables (propensity score matching) (Rosenbaum y Rubin, 1983). Esto se basa en el supuesto de que los estudiantes que se anotan a tutorías son distintos a los que no, pero las diferencias se pueden captar por elementos observables. Con esto, se genera un puntaje que indica la probabilidad de que cada estudiante participe en el programa en función de estos observables. De esta manera se puede comparar a estudiantes que participaron en el programa con estudiantes que no, siempre y cuando tengan una probabilidad de tratamiento similar.

Resultados

Los principales resultados verifican los hallazgos de la literatura, de forma que se observan efectos negativos sobre la probabilidad de deserción, mientras que los efectos sobre las dimensiones académicas son siempre positivos.

La probabilidad de que un estudiante abandone la carrera –esto es, no registre actividad por un año luego del primer semestre– es entre 8 y 11 puntos porcentuales (pp) menor para estudiantes que participaron en tutorías en comparación con estudiantes muy parecidos pero que no participaron. Este resultado es sumamente importante, ya que estaría dando la pauta de que este tipo de programas contribuye con la permanencia de estudiantes en el centro educativo, lo cual es uno de los objetivos de la política. Por lo tanto, si se quiere reducir la desvinculación de estudiantes, extender el programa podría ser una alternativa interesante.

Si vamos a los efectos sobre variables académicas, se observa que los que participan en las TEP tienen, en promedio, 0,7 materias aprobadas más que los que no. También se observa que participar en el programa incrementa la escolaridad de los estudiantes en 0,7 puntos en promedio. Esto estaría demostrando que este tipo de programas no solo ayuda a que los estudiantes avancen más rápido con su carrera, sino que también lo hacen de mejor manera, obteniendo superiores calificaciones que los que no participan.

Los tipos de resultados discutidos se mantienen para distintos métodos de emparejamiento. También se mantienen si consideramos todos los estudiantes de la generación 2018 (2.433 estudiantes) o solo los estudiantes que participaron en la evaluación diagnostica (1.852 estudiantes).

Agenda

Si bien la metodología empleada no está libre de críticas, es la mejor opción dados los datos disponibles. Por otro lado, los resultados son sumamente interesantes como primera aproximación a la evaluación del programa. Para futuros análisis sería relevante contar con una recolección de datos que contuviera algunos de los siguientes puntos:

  1. Documentar la relación entre tutores y tutorados pudiendo identificar a cada uno de ellos. En este análisis se tiene quienes son tutores y tutorados, pero no qué tutores son asignados a qué tutorados. Dado que podría esperarse que tutores distintos generen efectos distintos en los estudiantes, contar con esta asignación es clave.
  2. Recoger información acerca de la satisfacción de los estudiantes con el programa. Si bien la desvinculación y los resultados académicos reflejan buena parte de los resultados, no cuentan toda la historia. La percepción de los estudiantes y cuánto creen que el programa contribuye a su desarrollo son dimensiones que no deben dejarse de lado.

Incorporar algunos de estos elementos permitiría una mejor identificación de los efectos analizados. Por otra parte, extender el periodo también es clave. Estos estudiantes que ingresan en 2018 están en su tercer año de facultad. En un año algunos podrán estar finalizando sus carreras de grado, e identificar si las TEP tienen un efecto sobre esto es relevante.


Pueden acceder al documento de trabajo aquí.

 

Referencias

Crisp, G. (2010). The impact of mentoring on the success of community college students. The Review of Higher Education, 34(1), 39-60.

Duran, D., & Vidal, V. (2004). Tutoría entre iguales De la teoría a la práctica. Graó.

Hu, S., & Ma, Y. (2010). Mentoring and student persistence in college: A study of the Washington State Achievers Program. Innovative Higher Education, 35(5), 329-341.

Mangold, W. D., Bean, L. G., Adams, D. J., Schwab, W. A., & Lynch, S. M. (2002). Who goes who stays: An assessment of the effect of a freshman mentoring and unit registration program on college persistence. Journal of College Student Retention: Research, Theory & Practice, 4(2), 95-122.

Rodger, S., & Tremblay, P. F. (2003). The effects of a peer mentoring program on academic success among first year university students. Canadian Journal of Higher Education, 33(3), 1-17.

Rosenbaum, P. R., & Rubin, D. B. (1983). The central role of the propensity score in observational studies for causal effects. Biometrika, 70(1), 41-55.

Salinitri, G. (2005). The effects of formal mentoring on the retention rates for first-year, low achieving students. Canadian Journal of Education/Revue canadienne de l'education, 853-873.

Santivago, C., Bouzó, A., Álvarez de León, A., Bello, G., Cabrera, L., Couchet, M., De León, F., Lujambio, V., Ramos, S., Rubio, V., Ezcurra, A., Álvarez, P., Fernández, A. (2018). Las tutorías entre pares como estrategia de apoyo y herramienta de transformación de la educación superior: la experiencia del programa de respaldo al aprendizaje. Montevideo: Comisión Sectorial de Enseñanza, 2018.

 


[1] Se trabaja con el año 2018 ya que es el que cuenta con información más rica, ya que incorpora la evaluación diagnóstica a estudiantes de ingreso. Esto permite controlar por conocimientos previos en matemática y dimensiones de personalidad (incluidas en la sección de Big Five) de dicha prueba.

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