--Miguel Carriquiry[1]
Cada 5 de junio se celebra el día mundial del medio ambiente. Este es el día en que las Naciones Unidas apela a incrementar la concientización y acción a nivel global sobre la necesidad de proteger nuestro planeta.[2] Es un llamado oportuno a recordar el valor que tiene la naturaleza para todos nosotros y la necesidad de su protección. La conmemoración de este día tiene importancia creciente y los mensajes apremiantes sobre la necesidad de modificar acciones que llevan a la degradación, contaminación, perdidas de ambientes naturales y biodiversidad. Los riesgos son alarmantes con relación a amenazas asociadas con el cambio climático, y a nuestra subsistencia y forma de vida, entre otros. Es de destacar que las presiones que ejercemos las diferentes sociedades tienen impactos directos sobre la degradación mencionada. Las perdidas continuadas de los ecosistemas están privando al mundo de sumideros de carbono haciendo peligrar las metas de contención de aumentos de temperatura global, y el surgimiento de condiciones ideales para la aparición y diseminación de patógenos, incluyendo el COVID-19 entre otros riesgos.
Este año 2021 se enfoca en lo que es la restauración de los ecosistemas. Se lanza el “Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030” por parte del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, con el tema “Reimagina. Recrea. Restaura”. El foco en restauración de los ecosistemas no puede ser más importante, ya que son el sustento de la vida en el planeta.
Existe consenso en que los ecosistemas y los servicios que estos proveen son valiosos, dado sus roles cruciales para la vida en el planeta. También existe consenso en que este valor debe ser tenido en cuenta por los tomadores de decisión (Daily, 1997). Dicho lo anterior, debemos destacar que este reconocimiento no necesariamente implica que determinar ese valor sea una tarea sencilla, ni que siempre sea deseable llevar adelante valoraciones económicas de los servicios ecosistémicos.
La valoración de servicios ecosistémicos es un campo contencioso y hay quienes piensan que no deberían estar en el campo del análisis económico. Señalan que la necesidad de proteger el ambiente es algo tan fundamental que no puede ser capturado en términos económicos (Sagoff 1998). Pero en un mundo limitado, a veces es necesario y útil llevar adelante ejercicios de valoración como forma de apoyar decisiones de asignación de recursos en condiciones de escasez (ver Tabla 1). Estos son problemas familiares para los economistas.
Tabla 1. Enfoques para el análisis de la valoración económica de los servicios ecosistémicos
Enfoque |
Por que |
|
I |
Determinar el valor total del flujo corriente de beneficios de un ecosistema. |
Entender la contribución que el ecosistema aporta a la sociedad |
II |
Determinar el beneficio neto de una intervención que altera las condiciones de un ecosistema. |
Evaluar cuando una intervención vale la pena (desde la perspectiva económica). |
III |
Analizar la distribución de los costos y beneficios de un ecosistema (o intervención). |
Identificar ganadores y perdedores (por razones prácticas y de equidad). |
IV |
Identificar potenciales fuentes de financiamiento para la conservación |
Ayudar a que la conservación sea sostenible financieramente. |
Fuente: Adaptado de Pagiola et al. (2005) por Carriquiry y Piaggio (2014)
La valoración económica es antropocéntrica por naturaleza. La definición de servicio ecosistémico incluye a los beneficios que obtenemos los humanos de los ecosistemas (MEA, 2005). Esta aproximación antropocéntrica indica que consideramos valiosos estos servicios si sirven a los seres humanos. La versión utilitarista es particularmente útil en la valoración económica ya que permite la sustitución entre distintos bienes o servicios para lograr niveles comparables de bienestar. Esta visión nos permite usar la noción de “trade-offs”, y disposiciones a intercambiar un bien o servicio por otro. A través del análisis de estas posibles sustituciones podemos aproximar las voluntades de intercambio o el valor que los individuos otorgan a un bien o servicio, incluso cuando no hay mercados o transacciones explícitas. La agregación a través de los individuos (con todas las dificultades y debates) nos permiten obtener aproximaciones al valor que las sociedades otorgan a los diferentes servicios ecosistémicos.
Es necesario destacar que valor y precio son dos conceptos diferentes, y que los ecosistemas pueden tener variadas fuentes de valor para un individuo y entre individuos. Una representación útil es el marco conceptual del Valor Económico Total, y su desagregación en las posibles fuentes como se presentan en la Figura 1. Los valores de uso directo pueden ser consuntivos (por ejemplo, la extracción de cultivos o madera) o no consuntivos (servicios como la recreación o la navegación). Los de uso indirecto no incluyen interacción con humanos. En esta categoría estarían por ejemplo el control de pestes, inundaciones, o la regulación del clima. Por otro lado, los valores de no uso incluye el bienestar de saber que el ecosistema existe, y que se mantiene para el disfrute de otros individuos (altruismo) o generaciones (herencia). El valor de opción viene dado por la posibilidad de reservar el uso del recurso para el futuro en caso de ser necesario.
Figura 1. Componentes del valor económico total de los servicios ecosistémicos
Fuente: Carriquiry y Piaggio (2014), en base a Pearce y Watford (1993) y Karieva et al. (2011)
La identificación de todas estas fuentes posibles de valor no significa que su cuantificación sea sencilla. Cuando existen mercados perfectamente competitivos donde estos servicios son transados los precios representan buena información sobre los costos y beneficios asignados por los individuos. De todas maneras, sabemos que los mercados perfectamente competitivos no son la norma, sino que son raras excepciones. En este contexto fallas de mercados (con derechos de propiedad pobremente definidos y externalidades) llevan a asignaciones ineficientes. Como ya se sugiere en párrafos anteriores, a veces necesitamos aproximarnos al valor que los individuos y las sociedades confieren a los ecosistemas y sus servicios en ausencias de mercados donde podamos observar transacciones. En función de estas dificultades los economistas han destinado grandes esfuerzos en el desarrollo de técnicas que permitan cuantificar el valor económico que los individuos asignan a los servicios ecosistémicos.[3]
Algunas aproximaciones y actividades de investigación y formación sobre valoración de servicios ecosistémicos hechas desde el Departamento de Economía
El Departamento de Economía y el Instituto de Economía tienen líneas específicas de investigación y de formación sobre la valoración de servicios ecosistémicos en Uruguay. Muchas de estas actividades encuentran base en el grupo de investigación en Economía Agropecuaria, Ambiental, y de los Recursos Naturales del Instituto de Economía. En términos de actividades de formación, el grupo es responsable de la UC de Economía Agropecuaria y de los Recursos Naturales (EARN) que se dicta en los semestres pares de cada año, y un curso en Economía Ambiental dictado bienalmente en la Maestría en Economía de la FCEA. Un tratamiento introductorio a la valoración de servicios ecosistémicos se encuentra entre los temas incluidos en EARN.
Aplicaciones de diferentes técnicas de valoración de servicios ecosistémicos han sido llevadas adelante en proyectos de investigación de la FCEA. El principal foco de interés ha sido en el agua como recurso clave, y su valoración a través de la obtención del valor de alguno de los servicios ecosistémicas asociados con ella. En estas líneas se concluyeron trabajos en la valoración del agua para el riego en arroz y para la generación hidroeléctrica (Milans y Carriquiry, 2017), del valor del agua en la producción agropecuaria (Carriquiry, Piaggio, y Bertamini, 2018), y en la provisión de agua de calidad a través de los gastos defensivos incurridos por los habitantes de Montevideo (Carriquiry, Machado, y Piaggio; 2020). La figura que sigue (Figura 2) presenta resultados de uno de esos trabajos. En particular se incluye a nivel de área de enumeración censal los cambios porcentuales en beneficios netos de los productores agropecuarios resultante de un aumento en el costo del agua estimados por Carriquiry, Piaggio, y Bertamini (2018). Como es de esperar el mapa refleja un gradiente de efectos, siendo este mayor en áreas del país con mayor participación de actividades regadas.
Figura 2. Variación (%) en los beneficios netos de productos frente a un escenario de introducción de un canon al agua para uso agropecuario
Fuente: Carriquiry, M. A., M. Piaggio, y F. Bertamini, 2018
Bibliografía
Carriquiry, M., y M. Piaggio. 2014. "Valoración económica de servicios ecosistémicos: Algunas consideraciones básicas” Memoria de los Foros Técnicos sobre Servicios Ecosistémicos en Uruguay. Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (ISBN: 978-92-9248-554-2): 42-47.
Carriquiry, M. A., M. Piaggio, y F. Bertamini. 2018. “Informando políticas para el uso sostenible de los recursos naturales; una aproximación a la valoración del agua para usos agropecuarias.” VIII Jornadas Académicas, FCEA, Universidad de la Republica. 6-8 Noviembre, 2018, Uruguay.
Carriquiry, M, M. Machado, y M. Piaggio. 2020. “Disposición a pagar por calidad de agua: estimaciones a través de gastos defensivos.” Documento de Trabajo 20-20, Instituto de Economía, Universidad de la Republica. ISSN,1688-5090
Daily, G. 1997. Nature’s services: societal dependence on natural ecosystems, Island Press, Washington D.C., Capítulo 1.
Kareiva, P., H. Tallis, T. H. Ricketts, G. C. Daily, y S. Polasky. 2011. Natural Capital Theory and Practice of Mapping Ecosystem Services, Oxford University Press, USA.
Milans, F. y M. Carriquiry. 2017. " Metodologías para la valoración Económica de los recursos hídricos. Aplicaciones en el caso del arroz y la hidroelectricidad.” Memoria del IV Foro sobre Servicios Ecosistémicos: Conocimiento e Investigación sobre Servicios Ecosistémico. Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura: 49-64
Millennium Ecosystem Assessment. (2005). Ecosystems and Human Well-Being. Synthesis. Washington, DC: Island Press
Pagiola, S, K. von Ritter, y J. Bishop. 2004. “Assessing the economic value of ecosystem conservation”, Environment Department Paper Nº 101, The World Bank Environment Department.
Pearce, D.W, y J. J. Watford. 1993. World Without End, Oxford University Press, New York, USA.
Sagoff, M. 1998. Aggregation and deliberation in valuing environmental public goods: a look beyond contingent pricing. Ecological Economics 24, 213–230.
[1] Algunas porciones de esta entrada siguen de cerca a Carriquiry y Piaggio (2014)
[2] World Environment Day | United Nations.
[3] En Carriquiry y Piaggio (2014) se incluye un resumen de técnicas para la valoración económica de servicios ecosistémicos.