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  • 18/06/2021: Pobreza, vulnerabilidad y desigualdades horizontales en la población adulta uruguaya entre 2006 y 2018

18/06/2021: Pobreza, vulnerabilidad y desigualdades horizontales en la población adulta uruguaya entre 2006 y 2018

Alina Machado, Andrea Vigorito--

Al igual que la mayor parte de los países de la región, en los últimos quince años Uruguay experimentó una importante disminución de la pobreza monetaria, que permitió revertir el destacado deterioro de los ingresos de los hogares, resultante de la crisis de 2002. Desde 2015, la incidencia de la pobreza se mantuvo en el entorno de 7 u 8%, para registrar un fuerte repunte en 2020 (11,6%) producto de la actual crisis (Brum y De Rosa, 2020; INE, 2021).[1]

Sin embargo, tanto en la región como en el caso uruguayo, las mejoras en el ingreso de los hogares del período anterior, no se acompañaron de una reducción similar de las privaciones en otras dimensiones, ni en el acortamiento de las desigualdades horizontales o la reducción de la vulnerabilidad a caer en situaciones de pobreza en el futuro. En Uruguay se dispone de un amplio conjunto de estudios que corroboran esos resultados.[2]

En esta nota sintetizamos los hallazgos de un trabajo que estudia la evolución de las privaciones multidimensionales de la población adulta en Uruguay entre 2006 y 2018. Se analiza la pobreza, la vulnerabilidad a la pobreza multidimensional y las desigualdades horizontales, considerando sexo, ascendencia étnico-racial, región de residencia y edad.

Si bien en la actualidad existe un fuerte consenso sobre la insuficiencia del ingreso como único descriptor del bienestar, la desigualdad o las privaciones (Sen, 1987),[3] no existe acuerdo sobre las dimensiones a considerar o su operacionalización (Alkire, 2002; Ravallion, 2011; Ferreira y Lugo, 2012).[4] La selección de dimensiones del bienestar que se utiliza en el trabajo proviene de proceso de consultas realizado en el marco de un convenio de cooperación técnica entre el Ministerio de Desarrollo Social, la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (Universidad de la República) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, cuyo objetivo consistió en diseñar un sistema de indicadores de medición del bienestar multidimensional en Uruguay, que contemplase indicadores individuales y algunas medidas sintéticas. Los detalles pueden consultarse en Machado y Vigorito (2020).

Como la operacionalización de los indicadores propuestos requiere incorporar preguntas a la Encuesta Continua de Hogares (ECH), en este trabajo se utilizaron por separado, microdatos de las ECH y del Latinobarómetro (LB).[5] Este último relevamiento aporta información complementaria a las ECH, pues releva información sobre cohesión social, bienestar subjetivo y percepción de la situación económica personal.

La evolución de la pobreza por dimensiones

La evolución de la incidencia de la pobreza en la ECH en las dimensiones consideradas, indica que, a comienzos del período, las principales carencias se ubicaban en educación, seguridad social, trabajo y acceso a recursos, y vivienda (Gráfica 1, panel a)). Mientras tanto, hacia 2018 se evidencian mejoras en el mercado de trabajo, producto del mayor empleo y la formalización, y en las condiciones de la vivienda, mientras que la educación mantiene su lugar como la carencia principal. Al considerar los dos extremos del período se constata que la incidencia de la pobreza monetaria se redujo un 77%.

En el panel b) de la Gráfica 1 se ilustra la evolución de los indicadores estimados en base al Latinobarómetro. La incidencia de la pobreza en las dimensiones socioeconómicas tradicionales presenta una evolución similar a la que se encuentra en la ECH, al igual que las carencias en satisfacción con la vida y la apreciación de contar con ingresos para llegar a fin de mes. Sin embargo, en dos de los tres indicadores asociados a la cohesión social (pobreza de confianza interpersonal y miedo al delito) los niveles de privación aumentaron. Esta constatación sugiere, por un lado, una clara disociación entre los aspectos vinculados al bienestar individual y aquellos que refieren a las interacciones sociales.

Gráfica 1. Incidencia de la pobreza por dimensiones en la población de 18 años y más, según fuente de datos utilizada. 2006-2018.

Alina 1

Fuente: elaboración propia en base a las ECH del INE y el Latinobarómetro

La evolución del índice multidimensional de pobreza

La información de la ECH da cuenta de una reducción de la pobreza multidimensional en el período considerado. El índice compuesto (M0) presenta una caída del 25% con un ritmo similar en los subperíodos 2006-2013 y 2013-2018 (Cuadro 1). Con respecto a sus componentes, se constata que, la proporción de personas catalogadas como pobres (H), registra una reducción menor a la de M0, situada en el entorno del 30%. Esta diferencia se explica porque el número promedio de privaciones (A) se redujo, lo cual indica que la pobreza se volvió menos intensa. Por otra parte, los cálculos basados en el LB arrojan valores superiores para el caso de M0, resultantes de una mayor incidencia de H. Sin embargo, cabe destacar que también se observa una caída en la pobreza multidimensional, igualmente distribuida en los dos subperíodos, aunque resulta menos pronunciada.

Cuadro 1. Evolución: H, M y A con la dimensión balance ocio-trabajo ponderada a la mitad de las restantes (nivel e intervalo al 95% de confianza). Punto de corte 33%

     Año

ECH

LB

Total

Variables subjetivas

H

M0

A

H

M0

A

H

M0

A

2006

0,451

0,213

0,473

0,540

0,268

0,496

0,747

0,344

0,460

2010

0,445

0,207

0,465

0,512

0,248

0,484

0,793

0,352

0,444

2013

0,385

0,174

0,452

0,509

0,248

0,488

0,811

0,346

0,427

2018

0,335

0,148

0,441

0,491

0,236

0,482

0,812

0,367

0,453

2006/18

-25,7

-30,5

-6,8

-9,1

-11,9

-2,8

8,7

6,7

-1,5

2006/13

-14,6

-18,3

-4,4

-5,7

-7,5

-1,6

8,6

0,6

-7,2

2013/18

-13,0

-14,9

-2,4

-3,5

-4,8

-1,2

0,1

6,1

6,1

Fuente: elaborado en base a datos de las ECH del INE y el LB.

Vulnerabilidad

La vulnerabilidad estimada mediante la metodología de Chadhuri (2003) y Feeney y McDonald (2015) permite considerar cuatro situaciones diferenciadas: a) personas sin riesgo; b) personas vulnerables por encima del umbral de pobreza multidimensional; c) personas que enfrentan pobreza multidimensional y son vulnerables a la pobreza multidimensional; d) personas que enfrentan pobreza multidimensional, pero no son vulnerables a la pobreza multidimensional.[6] Nótese que, en este caso, el grupo de personas en condición de pobreza multidimensional se abre en dos. Por un lado, se ubica quienes enfrentan privaciones en la actualidad y un fuerte riesgo de pobreza en el futuro (c), y por otro, quienes presentan una situación de tipo “friccional”, pues estarían en condiciones de reducir riesgos en el futuro (d). A su vez, por construcción, en cada período, la suma de ambos grupos equivale a la incidencia de la pobreza multidimensional con el umbral de 33%.

Gráfica 2. Incidencia de la pobreza y la vulnerabilidad multidimensional, según umbral de vulnerabilidad utilizado. 2006, 2010, 2013 y 2018. Metodología Chadhuri (2003)/Feeney y McDonald (2015).

Alina 2

Fuente: elaborado en base a las ECH del INE

De acuerdo a estos resultados, en 2018 aproximadamente la mitad de la población no enfrentaba privaciones ni riesgo de pobreza en el futuro. A la vez, el 25% de la población se encontraba en el grupo de mayor gravedad, un 8% enfrentaba pobreza multidimensional pero no vulnerabilidad y el 13% era vulnerable pero no se clasificaba como pobre multidimensional. En el período la vulnerabilidad a la pobreza se reduce del 45% al 38%.

Desigualdades horizontales

Por último, se exploran las desigualdades horizontales, considerando sexo, ascendencia étnico racial, región de residencia y tramo etario. Los resultados indican que la mejora de las condiciones de vida de la población no disminuyó las brechas preexistentes, sino que en varios casos, aún cuando las privaciones se redujeron en todos los subgrupos, las brechas permanecieron constantes o se agravaron a lo largo del período (Cuadro 2).

Cuadro 2. Cocientes de los indicadores de pobreza multidimensional según sexo, ascendencia étnico racial, región de residencia y tramo etario. Límite de 33%. 2006-2018.

Año

Mujeres/

Varones

Afro/

blanco

Int/Mvd

18-24/25-45

46-64/25-45

65 y más/25-45

ECH

           

Pobreza

           

2006

1,01

1,95

0,97

1,02

0,66

0,43

2010

1,07

2,31

0,77

1,04

0,64

0,31

2013

1,17

2,76

0,55

1,23

0,61

0,27

2018

1,12

2,53

0,52

1,31

0,55

0,19

Pobreza

           

2006

1,05

1,55

1,65

0,74

1,00

0,70

2010

1,12

1,50

1,54

0,75

0,99

0,67

2013

1,20

1,56

1,54

0,76

0,99

0,61

2018

1,23

1,50

1,60

0,75

0,99

0,55

LB

           

2006

1,00

 

1,30

0,78

0,93

0,99

2010

1,03

1,22

1,33

0,96

0,98

1,13

2013

1,17

1,37

1,24

0,87

1,08

1,18

2018

1,04

1,20

1,50

0,93

0,96

0,99

Fuente: elaborado en base a datos de las ECH del INE y el LB.

Comentarios finales

En línea con investigaciones previas, en este trabajo se encontró que la pobreza multidimensional se redujo en el período considerado, particularmente en las dimensiones que dan cuenta de desempeños de tipo individual. Sin embargo, se verifica un descenso de la confianza interpersonal y un aumento del temor al delito. Es importante destacar que esta discordancia no se debe al uso de medidas “objetivas” o subjetivas, pues otras medidas de percepciones, tales como la satisfacción con la vida y la valoración de la adecuación del nivel de recursos dentro del hogar, experimentaron evoluciones similares a los indicadores de educación, condiciones de vivienda e ingresos.

Tanto en el Latinobarómetro como en las ECH, se encontró que las desigualdades horizontales o brechas entre subgrupos permanecieron estables o incluso se acentuaron. Algunos grupos, en particular las mujeres y los adultos jóvenes, habrían mejorado menos en términos relativos, y los restantes grupos no disminuyeron las brechas entre sí.

Los niveles de vulnerabilidad identificados en este trabajo sugieren que una proporción sustantiva de las personas (13%) superó los niveles de privación correspondientes a la pobreza, pero presentaba riesgos severos de volver a esa condición en circunstancias económicas adversas. Esto sugiere que las políticas públicas deberían orientarse no solamente a quienes están experimentando privaciones, sino a la franja de personas con altos niveles de riesgo.

En futuros estudios se analizará la evolución de las desigualdades multidimensionales considerando al conjunto de la población adulta.


[1] Brum, M., y De Rosa, M. (2021). Too little but not too late: nowcasting poverty and cash transfers’ incidence during COVID-19’s crisis. World Development, 140, 105227.

Instituto Nacional de Estadística (2021). Estimación de la pobreza por el método del ingreso 2020. Disponible en https://www.ine.gub.uy/linea-de-pobreza (último acceso: 29/3/2021)

[2]En Machado y Vigorito (2020) se presenta una recopilación de los trabajos recientes.

Machado, A. y Vigorito, A. (2020). Una propuesta para la medición del bienestar multidimensional en Uruguay. Informe final. http://dspace.mides.gub.uy:8080/xmlui/handle/123456789/1681

[3] Sen, A.K. (1987). Commodities and Capabilities. Nueva Delhi. Oxford University Press.

[4]Alkire, S. (2002). Dimensions of human development. World development, 30(2), 181-205.

Ferreira F., y Lugo A.M. (2012). “Multidimensional poverty analysis: Looking for a middle ground”, Banco Mundial Policy Research Working Paper, WPS 5964.

Ravallion, M. (2011). On Multidimensional Indices of Poverty. Policy Research working paper no. WPS 5580. World Bank.

[5] Además, se utiliza la información que surge del módulo de Uso del Tiempo incluido en la ECH del INE del año 2007, a los efectos de imputar la carga individual de trabajo no remunerado, y así estimar la disponibilidad de tiempo de esparcimiento en la ECH.

[6]Chaudhuri S. (2003). Assessing vulnerability to poverty: Concepts, empirical methods and illustrative examplesmimeo, Universidad de Columbia.

Feeny, S.; McDonald, L. (2016). Vulnerability to Multidimensional Poverty: Findings from Households in Melanesia, The Journal of Development Studies, 52:3, 447-464, DOI: 10.1080/00220388.2015.1075974

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