--Valentina Martínez, Victoria Chagas, Nicolás Grosso[1]*
Esta entrada al blog resume un trabajo final realizado por estudiantes del curso de Historia Económica Mundial, edición 2021. En el mismo, se propuso a las y los estudiantes analizar diferentes momentos y políticas de la economía soviética a lo largo su historia: la Nueva Política Económica, la Planificación Centralizada y las reformas impulsadas por Gorbachov. El trabajo incluye un breve análisis de los principales rasgos y las finalidades de cada una de estas políticas, sus consecuencias económicas y políticas y una discusión sobre el “carácter socialista” de las mismas.
La Nueva Política Económica (NEP)
Tras la revolución de 1917 y en el marco de la guerra civil rusa, la atrasada economía característica del régimen zarista dio paso a lo que se ha conocido como “comunismo de guerra”. En 1918 - 1920 la economía en su conjunto fue organizada por un Consejo Supremo de Economía Nacional, se requisó la producción agrícola, se inició un proceso de nacionalización generalizada de la industria y militarización y se abandonaron las prácticas de mercado al tiempo que se depreciaba y desaparecía la utilización de moneda. En cierto sentido, el comunismo de guerra fue una respuesta obligada ante la necesidad de organizar la vida económica en el contexto de guerra civil.
Tras la victoria de los bolcheviques, hubo un cambio de rumbo en el funcionamiento de la economía. La NEP, implementada entre 1921 y 1928, fue una política económica mixta en la que se combinó, bajo el control del Estado, elementos de una economía socialista y capitalista. Esta política económica pretendía aliviar la tensión social y mejorar el vínculo ciudad-campo, así como salir de la profunda crisis económica consecuencia de la Primera Guerra Mundial y de la Guerra Civil rusa; manteniendo las características del comunismo, la NEP buscó mejorar la productividad y fomentar el desarrollo.
Para esto, la NEP propuso esencialmente un impuesto en especie para el campesinado, reemplazando al sistema de apropiación de excedentes (requisa de granos). Esto habilitó a los campesinos a disponer del excedente de su producción para consumo o venta luego de entregar la cantidad que fijaba dicho impuesto. Se permitió el comercio privado o mercado, dando lugar a la creación de pequeñas empresas privadas en diversos rubros y, por ende, el Estado abandonó la nacionalización total.
Por otra parte, se puso fin al aislamiento económico internacional, comenzando a darse entradas de inversiones extranjeras y firmas de tratados comerciales con varios países, ayudando así a potenciar el desarrollo y producción del país.
En muchos sentidos la NEP fue una breve edad de oro para el sector agrícola, ya que permanecía siendo el sector estructuralmente predominante. Las superficies cultivadas pasaron de 63 a 82 millones de hectáreas entre 1922 y 1923; sin embargo, se dio la imposibilidad de subsanar las diferencias sociales entre los kulaks (campesinos ricos) y la mayoría del campesinado, ya que los primeros se vieron más beneficiados mientras que la gran mayoría recayó en la pobreza y terminaron alquilando las tierras de los primeros.
Las industrias laneras, algodoneras y petroleras fueron las que más progresaron, mientras que en ramas de la industria pesada como la metalurgia y la siderúrgica, el desarrollo fue mucho más lento debido a la falta de entrada de capitales.
Pese a que los primeros resultados de la NEP fueron muy auspiciosos, a fines de 1927 la recuperación parecía estar agotada. El estancamiento agrícola obstaculizaba el proceso de industrialización y frenaba la acumulación de capital destinada a la industria.
Por sus características, la NEP significó un retroceso en el avance hacia el socialismo, pero el fracaso del comunismo de guerra hizo necesaria su aplicación. La NEP mostró buenos resultados, los campesinos no pasaban hambre y producían excedentes, por lo que si bien no promovía la causa de una economía planificada, nadie se oponía fuertemente. A pesar de esto, las características tomadas del sistema capitalista aún resultaban inaceptables para la ideología bolchevique y era una fuente potencial de tensiones. Entre esas características, la vuelta a una economía de mercado era probablemente la más controversial.
En suma, la NEP fue vista, en materia ideológica, como un “mal necesario” y temporario para superar la crisis causada por el comunismo de guerra, ya que se alejaba del ideal socialista. Así, Lenin la llamó “una derrota” y “una retirada para un nuevo ataque” (Carr, 1997).
La Planificación Centralizada
La planificación centralizada consistió en la realización, a partir de 1928, de una serie proyectos económicos denominados “planes quinquenales”, cuyo objetivo fue acelerar el proceso de industrialización, fomentando especialmente a la industria pesada para expandir el poder militar y acelerar la acumulación de capital, de manera de acortar la brecha con los países capitalistas desarrollados.
Los planes quinquenales eran articulados por un comité estatal, el Gosplan, en donde se centralizaban las decisiones y se configuraban los planes operativos para cada sector. El Gosplan cumplía la función de “sustituir” al mercado, administraba precios, volúmenes de materias primas y recursos en general, y discriminaba entre sectores valorando la producción industrial pesada por encima del consumo y de la producción del sector agrícola.
La rigidez vertical en la toma de decisiones, la falta de comprensión entre los dirigentes y los campesinos, la ausencia de transparencia y la tecnología importada de occidente que no lograba adecuarse a sus necesidades, dificultaban la oportuna implementación de los planes. A esto se le sumaba los métodos violentos de Stalin para forzar el cumplimiento forzoso de los mismos.
Este estilo de planificación centralizada trajo consecuencias ¿negativas? debido a su manejo y a factores externos de la administración. La mala administración de la relación entre los precios de venta y los costos llevó a excesos de oferta y demanda. La rigidez y la incapacidad de los planes para predecir el futuro generaban modificaciones frecuentes que repercutían negativamente en el sector de interés, derivando en una necesidad para los productores de buscar una salida en el mercado negro para la venta de sus excedentes. La innovación tecnológica se vio afectada debido a la falta de libertades y a los planes impuestos por el gobierno.
En el plano social, la violencia, censura y purgas que utilizaba el Estado como respuesta a las protestas no hicieron más que entorpecer el funcionamiento de los planes. No obstante, las tasas de crecimiento del ingreso nacional fueron estables y significativas. Hubo un rápido proceso de cambio estructural, aumentando la participación de la industria –especialmente pesada- en el producto total.
Si bien sería incorrecto afirmar que las medidas de planificación económica adoptadas por el gobierno de Stalin desde 1928 no tuvieran un fin socialista, es de destacar que los medios utilizados “...eran a menudo la misma negación al socialismo” (Carr, 1997). El gobierno soviético dirigió la política económica de una forma cada vez más parecida a un régimen dictatorial, sin espacios para la gestión del proceso productivo por parte de la clase trabajadora.
Sin embargo, esto no significa que no se hiciera, durante el período de planificación, un avance hacia el más elevado ideal socialista. Aunque lentamente y con retrocesos, los trabajadores adquirieron libertades que no tenían bajo la opresión del régimen zarista, al tiempo que obtuvieron un reconocimiento social significativo en la nueva sociedad soviética.
Las Reformas de Gorbachov
La planificación centralizada vigente desde fines de los años veinte e interrumpida con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en especial por la invasión de la Unión Soviética por parte de Alemania en 1941 comenzó a mostrar sus fallas en los años setenta, cuando la economía soviética presentó señales de estancamiento. En 1985, con la asunción de Mijail Gorbachov al frente del estado soviético, se plantearon un conjunto de reformas para afrontar el agotamiento del modelo. Según Gorbachov “la Perestroika es una política de aceleración del progreso social y económico del país y de renovación de todas las esferas de la vida” (Corral et al., 2008). Su principal objetivo fue recuperar la caótica economía soviética, dejando actuar al mercado para corregir los efectos de la planificación.
En lo económico, la Perestroika implicó la sustitución del sistema de planificación centralizada. Se instauró una economía de mercado donde la producción respondiera a la demanda y los precios reflejaran los costos. Se propuso aumentar los salarios de los trabajadores, para incrementar así su poder de compra, de forma de crear las bases para el crecimiento del mercado interno. Se vio necesario desarrollar nuevas tecnologías y reequiparse, ahorrar recursos y aumentar la calidad de la producción. En la agricultura, se instauró un sistema de arriendo ¿de tierra? a los trabajadores, los que podían vender el excedente.
En lo político, la Perestroika tenía como objetivo la democratización. Desapareció el monopolio del partido comunista, aceptándose la diversidad de partidos. Se renunció a la ideología marxista-leninista y a la revolución como instrumento político. Se garantizaron los derechos ciudadanos, la libertad de expresión, de reunión, la posibilidad de entrada y salida del país y se implementó la Glasnost (transparencia). Se reformaron las relaciones internacionales al aceptarse la diversidad de los sistemas políticos.
¿Cuál fue el resultado de las reformas? Un rotundo fracaso: no pudo alcanzarse los objetivos planteados y al cabo de pocos años devino la desintegración de la URSS y la pérdida de parte de su territorio.
Las reformas propuestas o fueron llevadas a cabo de manera incompleta o su aplicación se retrasó considerablemente. Los recursos eran cada vez más escasos y los esfuerzos por atraer inversión extranjera eran infructuosos gracias a la imperante inestabilidad. La desorganización en la industria y el sector agrícola perjudicó a la producción. Internacionalmente la URSS se debilitó y quiso pasar de la competencia a la cooperación con Estados Unidos.
La grave situación generaba creciente disgusto en la población y disidencias en el interior del gobierno, al que las minorías habían accedido gracias a la liberación de la opinión. Consecuencia de la fragmentación étnica y la Glasnost, surgieron movimientos nacionalistas que se intentaron sofocar. El resultado fue inflación, endeudamiento externo, pobreza y tensión política creciente.
La Perestroika carecía de un plan metodológico sólido y las reformas fueron demasiado apresuradas. Sin planificación económica a la que ceñirse ni mercado que guiara la asignación de recursos, en 1991 se acentúo la crisis económica. Finalmente, Gorbachov dimitió y la URSS colapsó.
El carácter socialista de la Perestroika fue ambiguo, con una visión que apuntaba hacia el ideal socialista, pero ejecutada con métodos prácticamente capitalistas. La liberación del comercio exterior, la propiedad e inversión privada, la desnacionalización de empresas, entre otros factores, fueron vistos como un retroceso en el proceso de avance hacia el socialismo.
El intento de transformar una economía planificada y centralizada en una economía de mercado no fue exitoso. La constante contradicción entre los métodos capitalistas y los objetivos y gobierno socialistas, resultó en una ineficiente e incompleta transición, causando una grave crisis, resultado totalmente diferente a los ideales que, supuestamente, perseguían.
Referencias
Carr, Edward (1997). La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929. Madrid, Alianza Editorial.
Corral. P., Amestoy. B., García. A., Di Lorenzo, L. (2008) Historia. El Mundo Actual, Editorial Santillana.
[1]Estudiantes de la Licenciatura en Economía.
* La imagen de portada es una ilustración de Sveta Dorosheva. En el pie de imagen, la autora cuenta que "Apart from explaining how bad capitalism is, people had to be persuaded how wonderful communism is. In this gallery, we collected pictures of burgeoning 'social realism' "