¿Existen desigualdades de género en la academia uruguaya?[1]
Mariana Fernández Soto
Estefanía Galván
Sofía Robaina
Victoria Tenenbaum
Cecilia Tomassini
A pesar de los progresos en la participación de las mujeres en la ciencia, aún persisten brechas de género en el avance y consolidación de sus carreras académicas. Desde inicios de la década de 1980 las mujeres han superado a los varones en las tasas brutas de matriculación a la educación terciaria en América del Norte y Europa Occidental; y desde los noventa, lo hacen en América Latina y el Caribe. Sin embargo, mientras que las mujeres son mayoría entre los estudiantes en niveles de licenciatura y maestría, este número disminuye en el pasaje de maestría a doctorado. Asimismo, a nivel de la academialas mujeres suelen ser mayoría entre el personal docente y de investigación con grados más bajos —de menor remuneración y prestigio— y desaparecen a medida que se avanza en las escalas jerárquicas hasta los puestos de mayor jerarquía (EuropeanCommission 2021; UNESCO2017).
Recientemente se ha desarrollado una literatura que documenta las barreras que las mujeres enfrentan en diferentes etapas de la formación y carrera académica, buscando analizar las causas explicativas de estas brechas. Una parte importante de la literatura sobre brechas de género en la ciencia evalúa el desempeño de varones y mujeres a partir de indicadores bibliométricos de productividad, medida generalmente por publicaciones. La mayor parte de los estudios muestra menores tasas de productividad de las mujeres respecto a los varones y que estas son sostenidas en el tiempo (Cole y Zuckerman 1984; Larivière et al. 2013a; van Arensbergen, van derWeijden y Besselaar 2012; Huang et al. 2020). Entre los factores que determinan estas diferencias se encuentran los referidos a características de la propia actividad científica, como el impacto de las colaboraciones, la participación en redes internacionales, el acceso a recursos, entre otras (Lee y Bozeman 2005; West et al. 2013; Duch et al. 2012; Uhly, Visser y Zippel 2015).Otro conjunto de investigaciones recientes ha mostrado que las mujeres enfrentan diferentes barreras para publicar en revistas académicas (Hengel, 2022;Hospido y Sanz, 2020, Card et al., 2020).
Por tanto, las respuestas a la pregunta sobre qué causa las brechas de género en la ciencia son muy diversas y no existe consenso en la literatura sobre los canales explicativos, apuntando a un fenómeno multicausal, que involucrafactores individuales, relacionales, organizacionales y socioculturales. Por otra parte, mientras que la penalidad por maternidad ha sido señalada como uno de los principales factores explicativos de las brechas de género en el mercado laboral, la influencia de la maternidad y las responsabilidades de cuidados en la adquisición de logros y la construcción de las trayectorias académicas permanece como un tema aún poco estudiado, en particular para América Latina.
¿Cuál es la situación respecto a brechas de género en la academia uruguaya?
Para responder esta pregunta utilizamos una base de datos que combina información de ANII, de la UDELAR e información demográfica y nos focalizamos en tres dimensiones claves de las carrearas académicas[2] : 1) la formación de posgrado, 2) la producción académicay 3)las escalas de estratificación académica (cargos docentes y niveles del SNI).
La muestra utilizada en el estudio corresponde a 2.819 investigadores/as, de los cuales 1.569 (55,6%) son mujeres y 1.251 (44,4%) son varones. Su edad promedio es de 47,5 años. A su vez el 75,3% de los varones y el 69,5% de las mujeres tienen al menos un hijo. Dada la construcción de la muestra, el 92% de los varones y el 91% de las mujeres ha comenzado o culminado la formación de doctorado, y alrededor del 70% trabaja en una Universidad o Instituto de Investigación. A la vez el 51% integra el SNI, siendo 57% los varones y 46% las mujeres.
Brechas en formación
En lo que refiere a la formación, el 97,7% de la muestra culminaron la formación de maestría, y la proporción es similar por sexo. En cambio, el 64,8% de los investigadores/as declaran haber culminado el nivel de doctorado y en este caso las diferencias por sexo alcanzan 10 puntos porcentuales en favor de los investigadores/as varones (Tabla 1).
Tabla 1. Distribución porcentual de investigadores/as según situación respecto a maestría y doctorado, según sexo. Uruguay, 2021
Fuente: elaboración propia con base a CVUy- ANII.
Las edades de inicio de cada nivel (maestría y doctorado) no presentan diferencias significativas por sexo, pero sí se encuentran al centrar la atención en el nivel de doctorado entre quienes tuvieron hijos. En ese caso, encontramos que las mujeres que han tenido hijos comienzan el doctorado de forma más tardía, y tardan más tiempo en culminarlo, en comparación a sus pares varones con hijos.
Desigualdades en la producción escrita
El análisis de la producción académica suele realizarse a partir de la contabilización de publicación de artículos en revistas indexadas. Sin embargo, con el objetivo de presentar un panorama más amplio de la producción académica de varones y mujeres a nivel nacional,se incluye la publicación de documentos de trabajo, libros (incluye libros y capítulos de libros) así como de artículos arbitrados.
Figura 1. Cantidad promedio y brecha de género de artículos publicados, documentos de trabajo y libros y capítulos de libros según áreas del conocimiento y sexo. Uruguay, 2021
Fuente: elaboración propia con base en CVUy- ANII.
Estos resultados presentan variaciones cuando se analizan por áreas de conocimiento. Por ejemplo, en Ciencias Médicas y Naturales a pesar de ser un área feminizada presenta una importante brecha en la publicación de artículos, mientras que Ciencias Sociales y Humanidades muestran una brecha de género inferior (Figura 1). El caso de las Ingenierías y Tecnologías llama la atención dado que se observa una mayor cantidad de publicaciones de artículos entre las mujeres. Cabe señalar que investigaciones anteriores confirman que en Ingeniería las mujeres de similar edad publican más y en mejores revistas que sus pares varones (Bukstein y Gandelman 2019). También existen diferencias que se explican por el tipo de tareas que se desarrollan que dan lugar a diferentes tipos de publicaciones con diferentes tiempos. Por ejemplo, en las disciplinas que integran las Ciencias Sociales es frecuente que previo a la publicación de un artículo se publique un documento de trabajo y los tiempos de publicación en revistas de mayor factor de impacto sean largos. Sin embargo, en Ciencias Naturales es habitual que las publicaciones sean más cortas y con mayor grado de asiduidad. En Humanidades, por su parte, son más frecuentes las publicaciones de libros o capítulos de libros.
Por otra parte, nuestra evidencia sugiere que la maternidad juega un rol relevante en la producción académica. En la Figura 2 se presenta la evolución de la proporción de investigadores/as que publican cada año y la cantidad de publicaciones promedio por año a partir del nacimiento del primer hijo. Es posible observar que antes del nacimiento del primer hijo/a, las trayectorias de publicaciones de varones y mujeres tienen tendencias similares: a medida que se incrementa su edad aumenta la probabilidad de publicar y las publicaciones por año, lo que es compatible con una tendencia hacia una trayectoria académica más consolidada. Esta tendencia se mantiene hasta el momento del nacimiento del primer hijo/a donde las trayectorias comienzan a divergir: mientras que los varones continúan en una tendencia creciente de la probabilidad de publicar, así como del número de publicaciones, para las madres la tendencia se estanca.
Figura 2. Cantidad de artículos publicados por año, proporción que publicaron en cada año y nacimiento del primer hijo/a. Uruguay
Artículos publicados por año Publicó este año
Nota: La figura muestra a la izquierda la cantidad de artículos publicados por año y a la derecha la proporción de investigadores/as que publicaron al menos un artículo en ese año,
considerando cinco años antes y diez años después del nacimiento del primer hijo/a. La línea vertical marca el año del nacimiento del primer hijo/a.
Fuente: elaboración propia con base en CVUy- ANII.
Desigualdad en las carreras académicas
Del total de la población objetivo de investigadores/as aproximadamente el 70% tiene un cargo en la UDELARal 2020. Como puede observarse en la Figura 3, la representación de docentes mujeres es sensiblemente mayor en los grados 1 y 2, y en menor medida en los grados 3. Los varones, por el contrario, están más sobrerrepresentados en los grados 4 y 5, aunque la mayor brecha se da en el grado máximo del escalafón. Si esto se analiza para madres y padres, del total de investigadores/as que tiene un cargo en UDELAR se constata algo similar, con brechasaún más acentuadas en los extremos: en el grado 1 y el grado 5.[3]
Figura 3. Distribución porcentual de investigadores/as por grados del escalafón docente de la UDELAR y sexo. Uruguay, 2021
Fuente: elaboración propia con base en CVUy- ANII y SECIU, UDELAR.
Sin embargo, esta distribución es diferente por áreas, si bien en los grados bajos (1 y 2) se mantiene en todas las áreas una mayor proporción de mujeres, esto se modifica en casi todas las áreas donde existe mayor paridad exceptuando el de Ingeniería y Tecnología donde un 64% de los grados altos son varones (Figura 4).
Figura 4. Distribución de los investigadores/as por grados del escalafón docente de la UDELAR según sexo y áreas. Uruguay, 2021
Fuente: elaboración propia con base en CVUy- ANII y SECIU, UDELAR.
En el SNI también se observa que las mujeres están sobrerrepresentadas en los niveles más bajos, mientras que los varones están más representados en los niveles más altos. En el nivel más alto, los varones representan el 80% de los investigadores/as, en tanto que las mujeres representan solo el 20% de quienes componen este nivel. Al analizar la distribución para aquellos que son madres y padres las diferencias en los niveles se mantienen, aunque en el extremo superior se amplifican.
Estos resultados sugieren la existencia de un techo de cristal en el acceso de las investigadoras mujeres a los niveles superiores del SNI, el cual es más relevante en aquellas áreas en las que las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas, como son Humanidades, Ciencias de la Salud y Ciencias Naturales.
En síntesis, se evidencia la existencia de desigualdades de género entre los investigadores/as en lo relativo a la formación de posgrado, publicaciones y carrera académica. La mayor parte de estas desigualdades son inexistentes al momento de inicio de la actividad académica y las brechas se amplían al avanzar en el ciclo de vida. Las mujeres están subrepresentadas en los niveles más altos del SNI y la UDELAR, y aquellas que logran alcanzar esos niveles, lo suelen hacer a edades más tardías que sus pares varones. Esto se vincula con los rezagos encontrados en la formación de doctorado y publicaciones, y la evidencia sugiere que parte de estas brechas están asociadas a la interrupción de la actividad académica que las madres (pero no los padres) realizan a partir del nacimiento de un hijo/a.
[1]Esta nota es parte del documento de trabajo (DT 06/22) http://www.iecon.ccee.edu.uy/dt-06-22-desigualdades-de-genero-en-la-trayectoria-academica-de-investigadores-e-investigadoras-en-uruguay/publicacion/888/es/, que incluye los primeros resultados del proyecto I + D (CSIC) “El vínculo entre maternidad y paternidad y las desigualdades de género en la trayectoria académica”, cuyo objetivo es estudiar la influencia de la maternidad y la paternidad en la construcción de trayectorias académicas de varones y mujeres investigadores/as de Uruguay.
[2]Para el proyecto en el que enmarca este estudio se elaboró una base de datos combinando diferentes fuentes de información, la principal son registros del CVUy (ANII) combinada con un relevamiento que complementa los datos de nacimiento de hijos que se subreportan en el CVUy y registros administrativos de Udelar y el SNI. Para construir la muestra de investigadores se considera a aquellos que cumplen al menos uno de los siguientes criterios:iniciaron o culminaron una formación a nivel de doctorado, integran el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) o trabajan en la actualidad en una universidad o instituto de investigación (nacional o extranjera) en régimen de dedicación total.
[3] Cabe aclarar que en promedio el 72% de este grupo tienen hijos.
Referencias
Bukstein, D y Gandelman, N. (2019). Glass ceiling in research: evidence from a national program in Uruguay. Research Policy,Volume 48, Issue 6, July 2019, Pages 1550-1563.
Card, D., DellaVigna, S., Funk, P., yIriberri, N. (2020), Are Referees and Editors in Economics Gender Neutral? The Quarterly Journal of Economics, Volume 135, Issue 1: 269–327.
Cole, J., & Zuckerman, H. (1984). The Productivity Puzzle: Persistence and Change in Patterns of Publication of Men and Women Scientists. EnM.W. Steinkamp&M.L. Maehr (eds.)Advances in Motivation and Achievement (Greenwich, CT: JAI): 217–56.
Duch, J., Zeng, X. H. T., Sales-Pardo, M., Radicchi, F., Otis, S., Woodruff, T. K., & Amaral, L. A. N. (2012). The Possible Role of Resource Requirements and Academic Career-Choice Risk on Gender Differences. Rate and Impact, PLOS ONE, 7(12), e51332.
Hengel, E. (2022) Publishing while female. Are women held to higher standards? Evidence from peer review. Economic Journal(Forthcoming).
Hospido, L. and Sanz, C.(2021). "Gender Gaps in the Evaluation of Research: Evidence from Submissions to Economics Conferences," Oxford Bulletin of Economics and Statistics, Department of Economics, University of Oxford, vol. 83(3), pages 590-618.
Huang, J., Gates, A. J., Sinatra, R., &Barabási, A.-L. (2020). Historical comparison of gender inequality in scientific careers across countries and disciplines. Proceedings of the National Academy of Sciences.
Larivière, V., Ni, C., Gingras, Y., Cronin, B., & Sugimoto, C. R. (2013). Bibliometrics: Global gender disparities in science. Nature, 504(7479), 211–213.
Lee, B., & Bozeman, B. (2005). The Impact of Research Collaboration on Scientific Productivity on JSTOR. Social Studies of Science, 35, 673–702.
Uhly, K. M., Visser, L. M., &Zippel, K. S. (2015). Gendered patterns in international research collaborations in academia. Studies in Higher Education.
UNESCO. (2017). Cracking the code: Girls’ and women’s education in science, technology, engineering and mathematics (STEM).
van Arensbergen, P., van derWeijden, I., & van den Besselaar, P. (2012). Gender differences in scientific productivity: A persisting phenomenon? Scientometrics, 93(3), 857–868.
West, J. D., Jacquet, J., King, M. M., Correll, S. J., & Bergstrom, C. T. (2013). The Role of Gender in Scholarly Authorship. PLOS ONE, 8(7), e66212.