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Encuentro del Departamento de Economía: Mesa de coyuntura económica actual

Encuentro del Departamento de Economía: Mesa de coyuntura económica actual

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El pasado miércoles 10 de agosto, en el marco del Encuentro del Departamento de Economía, se dio lugar la mesa de coyuntura económica actual. Participaron Gabriela Mordecki del Instituto de Economía, FCEA, Gabriel Oddone de CPA Ferrere, Alejandra Picco del Instituto Cuesta Duarte y Pablo Rosselli de Exante. Mario Davrieu del Departamento de Economía actuó de moderador de la mesa. Les dejamos la primer ronda de preguntas sobre temática internacional y regional de Uruguay.

 

1) Contexto Regional

Brasil tendrá elecciones en octubre y por lo pronto se prevé una vuelta del expresidente Ignacio Lula Da Silva. Del otro lado Argentina se encuentra con una severa crisis que no logra superar. ¿Cómo ve la situación de nuestros vecinos actualmente y a corto plazo?, ¿cómo terminarían afectando estas tormentas y cambios a nuestra economía?

Responde: Gabriela Mordecki

En el gráfico 1 se presenta el PIB de las tres economías de Argentina, Brasil y Uruguay donde se ve la caída de la crisis en 2002. Uruguay logró crecer de forma ininterrumpida durante 15 años, Argentina en 2011 se estanca por diversos problemas y la economía brasileña crece hasta 2014. Luego enfrenta la crisis, más que nada política, provocada por la destitución de Dilma Rousef, aunque luego la economía no logra remontar el crecimiento. La economía uruguaya estaba al final del periodo 2018-2019 estancada con crecimientos muy leves, en ese momento impacta el Covid. En 2021 ya tuvimos el rebote pero en 2022, sobretodo Brasil se encuentra más debilitada en su crecimiento. Argentina, más allá de los problemas políticos y en el mercado financiero y el tipo de cambio, la economía real ha seguido creciendo, aunque todas las últimas proyecciones se han corregido a la baja. El Fondo Monetario y otras encuestas como Focus Economicus han dado cuenta de que Brasil mejoró un poco en su proyección y Argentina empeoró.

 Gráfico 1. PIB de Argentina, Brasil y Uruguaygrafico 1 encuentro dep

Fuente: BCU, INDEC, IBGE

Vale la pena mirar la evolución de los mercados financieros (gráfico 2). En el riesgo país Argentina sigue muy complicada, esto quiere decir que está fuera de los mercados de crédito, si bien el déficit no es demasiado elevado, no puede ir al crédito, van a la emisión, lo cual acelera la inflación. En las calificadoras de riesgo Argentina y Brasil han perdido el grado inversor hace tiempo. Brasil si bien lo perdió se ha mantenido estable. Argentina, en cambio, ha seguido cayendo y está en grado de default.  Uruguay es el único que ha mantenido el grado inversor con perspectiva estable lo cual muestra como Uruguay mantuvo el crecimiento. Tenemos una proyección de crecimiento mayor que la del año pasado. Pero Argentina y Brasil están con perspectivas mucho peores.

 Gráfico 2. Riesgo país de Argentina, Brasil y Uruguay

grafico 2 encuentro de economia riesgo pais

Fuente: IPEADATA, Prensa argentina, RAFAP.

En cuanto a la evolución del dólar de Argentina, podemos ver el salto en el dólar blue con el cambio de la ministra Batakis, que luego bajó un poco esperando ver lo que sucede con la entrada del nuevo ministro Massa.

 

En cuanto a la evolución del dólar en Argentina hay un salto en el dólar blue con el cambio de la ministra Batakis pero vuelve a bajar esperando lo que suceda con la entrada del nuevo ministro Massa. La inflación que sigue subiendo, se espera que llegue a 90% a fin de año (gráfico 3). Mientras tanto en Brasil la inflación está siendo un problema, si bien el dato de ayer dio una caída de 0,7.

 Gráfico 3. Inflación y tasa de interés Selic

 grafico 3 encuentro dep

Fuente: BCB, IBGE

 

El tipo de cambio de Uruguay-Brasil que si bien en Brasil hay muchos más saltos la tendencia es similar en los dos mercados (gráfico 4).

 Gráfico 4. Cotizacones diarias frente al dólar
grafico 4 encuentro dep

Fuente: BCU y prensa especializada

 

2) Guerra Rusia-Ucrania.

Lamentablemente la inesperada guerra entre Rusia y Ucrania ha cambiado el mapa geopolítico internacional y traído consigo tensiones e inestabilidad. La guerra trajo consigo un problema de precios e inflación de costos por el desabastecimiento del trigo que está impactando en la economía doméstica ¿Cuál es su mirada al respecto del panorama internacional y los efectos sobre nuestra economía?

Responde: Pablo Rosselli

La guerra obviamente es un fenómeno geopolítico fundamental. Es la primera vez desde la invasión de Kuwait en el año 90 que tenemos una guerra motivada por un desconocimiento de las fronteras. Esto implica un cambio enorme en como las potencias occidentales visualizan a Rusia. Desde la caída del comunismo veían (a Rusia) como una oportunidad de extender las democracias prósperas y capitalistas hacia el Este, ese sueño se fue deteriorando. Occidente nunca se tomó demasiado en serio las aspiraciones imperiales de Rusia. Eso cambia el posicionamiento de todos los actores. Pensemos que Alemania había depositado una enorme confianza en su política energética en el abastecimiento de gas natural desde Rusia con una infraestructura dedicada.  La confianza que había depositado en Rusia es llamativa, lo cual va a tener un montón de consecuencias de largo y corto plazo.

Pese a todo para Uruguay el impacto de la guerra fue positivo porque fortaleció la suba de los commodities. Particularmente fue fuerte la suba del trigo y la colsa. Aunque sus precios han bajado hoy a los niveles que se encentraban en la tendencia creciente antes de la guerra. En realidad ese efecto de corto plazo positivo, hoy estamos en un lugar para mirarlo con cautela. Algunos productos tienen unos precios de exportación súper altos: la carne, los lácteos, la soja. Asimismo el trigo y la colsa también están a niveles altos pero perdieron todo lo que subieron por la propia guerra.

En el mundo hay un riesgo de recesión importante. Ese riesgo no obedece  principalmente a la guerra, aunque es un factor. Obedece a un tema clave en la economía mundial que es la inflación elevada  en todo el mundo.

La pregunta podría ser ¿qué tantas más subas de tasa de interés, sobre todo en Estados Unidos pero en muchas otras economías, va a ser necesaria para bajar la inflación? Ese riesgo recesivo nos tiene que advertir que los altos precios, que venían de antes y cobraron fuerza con la guerra, no van a durar para siempre. Por ahora estamos viendo que las caídas de precios de commodities son muchos más fuertes en los metales que en los alimentos lo cual es bueno también para Uruguay.

Si miramos perspectivas a largo plazo cabe preguntarse si Europa no va a rejerarquizar su relación con el Mercosur, en tanto proveedor de materias primas, dado que está aprendiendo de un modo violento que no puede confiar en Rusia. Eso abre alguna ventana si el TLC entre el Mercosur y la UE no tiene alguna chance de reflotar. Cabe preguntarse, algo que Marcel Vaillant insiste, que Uruguay podría intentar bilateralizar el acuerdo con la UE. Hagamoslo válido para Uruguay y en algún momento será válido para el Mercosur cuando Brasil quiera cumplir con las exigencias ambientales de Europa.

¿Cómo se posiciona Uruguay antes estos hechos? Cuando surgió la Guerra empezaron a aparecer cuestionamientos sobre si teníamos que hacer un TLC con China o no, distinto si lo podremos hacer o no. Pero la guerra y la actitud de China en la guerra acerca de Rusia de alguna manera, tiene que hacernos cambiar nuestro posicionamiento. Diría que Uruguay siempre tiene que estar del lado del derecho internacional. Siempre tiene que mostrarse independiente de los conflictos geopolíticos entre las grandes potencias. Las agendas de las potencias son las agendas de las potencias no las nuestras y tenemos que separar lo que puede ser alineamientos políticos, condenar este tipo de actitudes de tal o cual manera, de nuestras respuestas de política económica. Afectar el comercio internacional cuando los países tienen problemas políticos es una muy mala idea. Obviamente que hay casos excepcionales pero no tiene ningún sentido que Uruguay se plantee postergar una negociación de un tratado de libre comercio por el alineamiento que China tiene con Rusia en este conflicto. Los países comercian entre sí a pesar de que tengan enormes diferencias y Uruguay tiene que buscar acuerdos de libre comercio. Lo tiene que hacer con China, y no porque no lo podamos hacer con Estados Unidos. Lo tiene que hacer con China porque nos interesa hacer un acuerdo comercial con China como nos podría interesar hacerlo con Estados Unidos o con cualquier otro país.

Por lo tanto de posicionamiento de Uruguay: esto es un conflicto, Uruguay siempre tiene que adherir a las declaraciones que recogen amplias adhesiones, a las sanciones que recojan amplias adhesiones que surjan de ámbitos legítimos de punto de vista legal y la institucionalidad internacional pero no tiene que frenar nuestra agenda de apertura.

 

3) Mercosur y TLC.

Recientemente el presidente Lacalle Pou impulsó un TLC con China motivando al Mercosur a entrar en las negociaciones. ¿Qué posibles impactos hay para la actividad económica, el empleo, etc?

Responde: Alejandra Picco

China es una potencia mundial viene creciendo a tasas chinas desde hace años y es muy tentador la idea de un acuerdo de comercio presentado así: preferencial con ese país. No tenemos muy claro que es lo que podría abarcar ese TLC no solo en materia comercial sino en otras áreas como inversiones, compras públicas, propiedad intelectual y, ni siquiera en materia comercial, está claro qué rubros se van a abarcar o en qué medida. Es muy difícil poder tener una idea acabada de cuál puede ser el impacto en el producto o en el empleo.

Creo que el análisis más sencillo es pensar que lo que se va a terminar dando en un TLC con China va a ser una profundización del comercio que hoy tenemos, de las cosas que vendemos a China y de las cosas que entran. Cuando tratamos de mirar el impacto que puede tener en el producto y el empleo, pensamos en ¿cuáles sectores se van a ver favorecidos por ese acuerdo comercial preferencial? y ¿cuáles son aquellos otros que seguramente se vean como perdedores? Creo que eso es bastante intuitivo. Dentro de los ganadores hoy, China es el principal destino de nuestras exportaciones, las exportaciones a China están bastantes concentradas en unos pocos productos. Esto en realidad no es algo que se dé específicamente con China sino con la mayoría del comercio que tenemos por fuera de la región porque en la región tiene un perfil un poco distinto y nosotros exportamos básicamente productos de origen primario: carne, soja, celulosa. Entonces esos sectores se pueden ver como ganadores de un tratamiento preferencial al ingreso que los pondría en igualdad de condiciones con otros competidores de Uruguay que quizás ya tienen esas preferencias a la entrada. Además algunos sectores van a ser beneficiados por la baja de aranceles.

Por el otro lado podríamos medir impactos en el PIB y en el empleo. Hay algunos sectores que van a ser perdedores en esta relación, más vinculados a la industria, la cadena textil, vestimenta, seguramente parte de lo que es la industria química. Sectores que no están en auge sino que todo lo contrario ya vienen con bastantes problemas. Vienen con retracción de la actividad en su mayoría. Capaz que la industria química podría ser una excepción. Seguramente parte de la caída de estos sectores ha sido el ingreso de productos desde China. Seguramente un ingreso preferencial de esos productos o con o sin aranceles sea como el golpe de gracia para esos sectores.

Hay algunos estudios que se llevaron adelante que indicarían que tendríamos una pérdida en esos sectores de alrededor de 25.000 puestos de trabajo de manera directa. Obviamente que eso no es despreciable, no está contabilizado, o es más difícil capaz de contabilizar el efecto que puede tener en el empleo la extensión de aquellos sectores más vinculados a la parte primaria. No es del todo claro la expansión que se pueda dar en esos rubros, hay otros rubros que también pueden ser potenciales ganadores. Algunos productos que hoy no exportamos a China, o que no exportamos una cantidad relevante de características similares a los anteriores como los lácteos, la madera, la miel, la lana, una serie de productos primarios que se podrían ver como potenciales ganadores. Esos sectores ya se han beneficiado de la emergencia de China en la economía mundial a través de una mayor demanda y mayores precios. Entonces, no es que ese efecto sobre el empleo sea despreciable, no sé cuánto puede agregar esto a continuar el crecimiento de esos sectores más allá de que son sectores que funcionan más que nada en el interior del país y eso genera derrames o actividades con extras vinculadas al transporte, la logística. Hay un efecto en el empleo también que podría hacer por esa vía positiva.

Desde el Instituto lo que tratamos de promover es que la discusión se haga un poco pensando con una mirada más de el empleo en el mediano plazo. En primer lugar porque estos acuerdos comerciales nunca son cuestiones de corto plazo, terminan siendo graduales y tienen un impacto más en el mediano plazo que de manera inmediata y la política comercial debería ser un instrumento para promover el desarrollo humano a partir de la generación de empleo de calidad. Capaz que la pregunta no debería ser: ¿cuál es el impacto que hoy pueda tener esa profundización entre los sectores ganadores y los sectores perdedores?, sino ¿cómo nos miramos a futuro? y ¿cómo nos vemos para generar empleo de calidad en el futuro? Si queremos profundizar la matriz productiva que hoy tenemos concentrada más que nada en la especialización o en la primarización con escaso valor agregado, con escaso contenido tecnológico, o si queremos tomar medidas para revertir eso. Uno podría pensar que quizás un acuerdo un TLC con China podría tender a promoverlo pero en Uruguay no están las condiciones para que eso suceda. Seguramente un TLC con China abra las puertas a profundizar esa estructura productiva, modelo productivo e inserción comercial que hoy tenemos.

Estamos tratando de mirar donde nos deja parados, en cuanto a matriz productiva, al rol que queremos tener en la economía mundial y como eso tiene sus efectos sobre la generación de empleo de calidad y en definitiva las perspectivas de desarrollo.

 

4) La otra orilla

Los sucesivos cambios de ministros de las últimas semanas en Argentina hablan de un problema de gobernanza en Argentina y crisis en general. Tanto el dólar como la inflación se encuentran en alza, los salarios no logran recuperar su poder adquisitivo. ¿Qué se puede esperar para nuestro país en este contexto?

Responde: Gabriel Oddone

El problema de Argentina no es nada político, es económico. La política no encuentra la manera de resolverlo o es muy difícil que la política bajo reglas democráticas pueda encausar la cantidad de restricciones que Argentina tiene que resolver en periodos cortos. Y eso es parte del problema por el cual lo único que estamos viendo en este gobierno es la postergación de decisiones que son imposibles de evitar. Un cambio de gobierno no necesariamente va a ser una solución mágica. En todo caso lo que ese gobierno puede tener es alguna legitimidad para hacer un conjunto de cosas que son políticamente complejas. Argentina tiene que transitar un camino por el cual resolver inmensos desequilibrios macroeconómicos derivados de un manejo discrecional de la política económica prácticamente no visto en los últimos 40 años. Pero hacerlo de una manera ordenada y que sea factible políticamente. Porque eliminar subsidios es una cosa muy compleja. Argentina esencialmente debe resolver su déficit fiscal y la discusión es que hace con su manejo monetario cambiario. La posición de Cavallo dice lo que tenemos que hacer es transparentar este tipo cambios múltiples pero de manera oficial de forma tal que haya un tipo de cambio para sectores exportador importador y un tipo de cambio para el resto. La posición de Levy Yeyati, por poner otro ejemplo extremo, sostiene que eso no es posible. Cavallo lo que dice es no se puede devaluar la moneda porque si devaluamos la moneda hay un conjunto de costos del estado que están indexados con el dólar o con la inflación, que está atada fuertemente al dólar, de manera tal que el ajuste eficaz no se produciría, lo único que haría sería implosionarlos. Del otro lado Levy Yeyati dice que para poder hacer un tratamiento cambiario tengo que tener una mínima credibilidad de que puedo sostener el tipo de cambio en el canal en el cual no estoy liberando el tipo de cambio, y eso supone reservas. Argentina tiene 3.500 millones de dólares de reservas internacionales de libre disponibilidad, eso es nada, absolutamente nada.

Acaba de asumir un político a cargo del ministerio de economía pero lo que habrán visto es que no hay ningún macroeconomista serio que quiera aceptar acompañarlo y eso es parte del problema que hay porque en realidad la restricción es muy grande. Entonces lo que Argentina tiene que hacer es un ajuste fiscal puro duro, eso empieza por terminar subsidios, subsidios que están dirigidos en muchos casos a la clase media, no las transferencias a la población empobrecida, el problema está en los emergentes. Donde la clase media recibe un subsidio fenomenal. Vayan a Buenos Aires, vayan a las zonas este de consumo medio y medio elevado de Buenos Aires, y no van a percibir, salvo de que faltan productos, de que hay una crisis. La gente sale, la gente consume, porque esa clase media no está padeciendo el efecto principal de la crisis. Hay un problema importante de cómo se armaron los subsidios y las transferencias no están llegando donde tienen que llegar y desarmarlas es políticamente costoso porque comprenden a muchos. Hay que acompañar el ajuste fiscal con un sinceramiento de la política monetaria, lo cual supone recomponer la capacidad de credibilidad sobre la política que con el stock de reservas que tienen es imposible.

Acaban de lograr un diferimiento de vencimientos de casi 16 mil millones de dólares en pesos que los va a ayudar porque en los próximos tres meses no van a tener que emitir para pagar esto, van a quedarse solamente concentrados con emitir para pagar pero la perspectiva son de desorden creciente y por tanto la probabilidad que Argentina tenga una hiperinflación es un escenario factible. No es el escenario del 2001, es un escenario más parecido del 89-90. Un escenario complejo pero de otras características de tensión social al que vimos en el 2001. No hay un riesgo inminente de un corralito bancario o un riesgo inminente de altos niveles de desocupación sino más bien un riesgo de que no hay precios y que a la gente sus ingresos no le alcancen, es otro tipo de problema.

¿Qué efectos vienen sobre Uruguay? Uruguay tiene dos canales tradicionales de contagio: el canal real y el canal financiero. El canal financiero es el canal cambiario, el canal de exposición de nuestro sistema financiero a Argentina. O el canal de contagio de un aumento del riesgo país. Esos canales están obturados: el tipo de cambio en Argentina tiene una brecha de más de 100 puntos y en Uruguay ni nos enteramos. Es más estamos apreciando el tipo de cambio. Los de créditos del sistema financiero en Uruguay hoy hacia no residentes, que son necesariamente argentinos, son menos del 0,3% del PIB, cuando todo explotó en el 2001 eran 18% del total de los créditos en 2001, estaba el sistema financiero expuesto al riesgo argentino. Hoy eso no está arriba de la balanza. En materia de riesgo país Uruguay no se ha movido, es más tiene un nivel sustancialmente menor de riesgo país de todos los emergentes mientras Argentina está volando con 2900 puntos de riesgo país. Es evidente que los mercados decodifican de que los canales de contagio de Uruguay con Argentina no existen.

Donde sí tenemos exposiciones es en el canal real, comercialmente. Nuestro turismo 60% es de Argentina y en la frontera, donde los precios son muy diferentes y por lo tanto hay una atracción permanente por comprar allí. El litoral está severamente afectado, la generación de empleo en ese lugar, la generación de mejoras salariales en el sector y el turismo por supuesto. Con lo cual esto tiene repercusiones sobre un debate que está en estas horas arriba de la mesa sobre la recuperación salarial. La recuperación salarial que tendría lugar o que empezaría a tener lugar a partir del 2023 va a ser muy asimétrica, va a ser muy difícil que sectores expuestos a Argentina estén en condiciones de aumentar salarios, por lo tanto va a ser muy difícil que se alcance. En promedio se podrá alcanzar una recuperación salarial, cosa que yo no estoy seguro que ocurre al final del período de gobierno a los niveles del 2019, pero si ocurriera va a ocurrir de manera muy asimétrica con sectores que además ocupan un grupo amplio de personas como son los servicios expuestos al turismo y las pequeñas y medianas empresas del litoral que no van a estar en condiciones ni de generar los empleos ni de, sobre todo, remunerar. Con lo cual nuestro canal está siendo abierto pero la economía uruguaya esencialmente no se entera mucho porque vamos a crecer este año casi el 5% más allá del efecto arrastre y vamos a volver a crecer 2%-2,5% el año que viene. O sea que hoy estamos relativamente a resguardo. No somos inmunes pero estamos relativamente a resguardo.

Lamentablemente para terminar creo que para que en Argentina las cosas mejoren necesariamente tienen que empeorar y tiene que haber un mandato de naturaleza política muy duro para que quien tiene que hacer el ajuste que técnicamente es inevitable tenga la posibilidad de implementarlo políticamente. Todavía ese momento no llegó se requiere un susto más grande de la clase política y un nivel de presión de las organizaciones de la sociedad civil más alta que hay. Ese momento no llegó, probablemente llegue antes las elecciones. Lo que se está intentando con el movimiento de Massa es postergar eso o por lo menos hacerlo pasar desapercibido y lo que desean los opositores es que explote ahora para no tener que hacerlo ellos cuando lleguen. Con lo cual vamos a tener unos próximos años muy divertidos, divertidos diciéndolo de manera irónica porque en realidad estamos hablando de cosas que le pasan a la gente que son dramáticas de verdad.

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