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  • 02/08/2021: Oh Padre, ¿dónde estás?

02/08/2021: Oh Padre, ¿dónde estás?

--Luciana Méndez, Ivone Perazzo, Guillermo Sánchez-Laguardia

El Documento de Trabajo que se resume en esta entrada al blog aporta evidencia para Uruguay acerca de la relación entre el empleo materno y el desarrollo infantil, y explora cómo distintos arreglos de cuidados en el hogar podrían compensar una potencial pérdida de tiempo de cuidado materno.

Existe un consenso en la literatura acerca de la importancia de las inversiones tempranas (educación, salud, cuidados, entre otros) para el desarrollo infantil. Estas inversiones durante las primeras etapas de la vida de un individuo afectan su bienestar y capacidad de desarrollo pleno en el presente y también tienen efectos duraderos en sus logros futuros, como el nivel educativo alcanzado, los desempeños en el mercado de trabajo o los resultados de comportamiento (consumo de drogas y embarazo no deseado en la adolescencia). En este marco, las inversiones de los padres juegan un papel muy importante en la configuración de las habilidades de los niños y tienen diferentes efectos a lo largo de su ciclo de vida; mientras que las habilidades cognitivas se ven más afectadas durante las primeras etapas de vida, las habilidades no cognitivas pueden ser moldeadas en gran medida por intervenciones en etapas posteriores. Aunque el tiempo y la calidad del tiempo que los padres dedican al cuidado infantil afecta positivamente al desarrollo del niño, el empleo en el mercado de trabajo, que podría restringir particularmente el primero, también protege a los niños contra la pobreza; ante esto, las familias se enfrentan a un conflicto potencial sobre si destinar tiempo al trabajo remunerado, al cuidado de los niños, a las tareas del hogar o al ocio.

La economía y la psicología tienen puntos de vista contradictorios acerca del efecto de la participación laboral materna sobre el desarrollo infantil, en particular cuando esta se da en edades tempranas del niño. Mientras que los modelos económicos enfatizan la existencia de una compensación entre dinero y tiempo, dado que el empleo materno podría aumentar los recursos económicos dedicados al niño pero disminuir el tiempo y la energía dedicados a la crianza de los hijos, los modelos psicológicos destacan que el empleo materno puede inhibir el desarrollo de los niños. Digamos que, desde un punto de vista teórico, el efecto del trabajo materno sobre el desarrollo infantil no está claro, por lo que debe analizarse empíricamente. No obstante, si bien una gran cantidad de estudios dentro de la literatura económica analizan los efectos del empleo materno temprano en el desarrollo posterior de los niños, no se han alcanzado resultados concluyentes. En particular es muy poco lo que se sabe acerca de si los arreglos de cuidado que pueda realizar un hogar y en particular la participación del padre en la crianza de su hijo, compensa los potenciales efectos del empleo materno sobre el desarrollo infantil.

Frente a esto, nuestro trabajo propone analizar la relación entre la oferta de empleo materno y el desarrollo infantil temprano de niños que viven en Montevideo. Más concretamente, nos planteamos responder las siguientes preguntas: ¿en qué medida el empleo materno afecta la probabilidad de que un niño no alcance ciertos niveles de desarrollo cognitivos y no cognitivos?; ¿Los diversos arreglos de cuidado que pueda realizar un hogar -como el cuidado formal e informal de otros miembros de la familia-, compensan el tiempo que dedica la madre al cuidado del niño?; La participación de un padre en la crianza de su hijo, ¿compensa los efectos del empleo materno sobre el desarrollo infantil?; ¿Cómo afecta la distribución de tareas dentro del hogar a las decisiones de empleo materno y al desarrollo infantil?

Para responder a estas preguntas, primero analizamos hasta qué punto las decisiones de las madres de insertarse en el mercado laboral influyen en la probabilidad de que un hijo supere ciertos umbrales de riesgo en distintas dimensiones de desarrollo. En segundo lugar, exploramos si la intensidad del trabajo de una madre, es decir, si la madre decide no trabajar, trabajar a tiempo parcial o a tiempo completo, afecta el desarrollo de su hijo. En tercer lugar, estudiamos el impacto del momento en que la madre decide (re)ingresar al mercado laboral luego del nacimiento de su hijo. Finalmente, nos enfocamos en las decisiones dentro del hogar con respecto al cuidado de los niños y la distribución de las tareas, enfatizando la participación de los padres en la crianza de los hijos y sus efectos en la decisión de empleo materno e, indirectamente, en el desarrollo infantil.

Datos utilizados

Dado que el foco del trabajo está puesto en los niños muy pequeños, se utilizó información de dos cohortes de la Encuesta Nacional de Desarrollo Infantil y Salud (ENDIS), una encuesta nacional realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La primera cohorte se implementó en 2013, entrevistando hogares con niños de 0 a 47 meses de edad. La segunda se realizó en 2018 y estuvo integrada por niños de 0 a 59 meses, pero consideramos únicamente a los niños de 0 a 47 meses de edad en ambas cohortes. Dado el objetivo del trabajo se consideraron solo hogares biparentales.

Metodología del trabajo

La literatura previa ha abordado la simultaneidad en las decisiones del hogar sobre la participación laboral de la madre y la asistencia al centro de atención infantil, lo que a su vez puede afectar el desarrollo de los niños; por ejemplo, las características no observadas de la madre y el niño podrían estar correlacionadas y, por lo tanto, podrían afectar de manera plausible las decisiones futuras. Para abordar los problemas de endogeneidad que pueden surgir en este tipo de estudios, utilizamos el análisis de variables instrumentales y una estrategia de proceso mixto condicional, en la que se estima un sistema de ecuaciones aparentemente no relacionadas entre sí. Esta estrategia empírica permite reconocer que la participación laboral de la madre se ve afectada por las características no observadas (tanto de ella como del niño), y por modalidades alternativas de cuidado (el hogar puede decidir, por ejemplo, si utilizar el cuidado infantil formal o informal).

Resultados

Encontramos que tanto la participación de los padres en la crianza de los hijos así como formas más cooperativas de división de las tareas al interior de un hogar tienen efectos positivos sobre el desarrollo infantil. En tanto, el empleo materno no afecta a la probabilidad de que el niño sea considerado “en riesgo” en diversas dimensiones del desarrollo. Se encontró evidencia de que ni la decisión de trabajar de una madre ni la cantidad de horas trabajadas son factores estadísticamente significativos para explicar el desarrollo del niño. Pero, ¿qué hay detrás de esto? La literatura ofrece algunas explicaciones, de las que destacamos las siguientes: las madres trabajadoras pueden estar intercambiando cantidad por calidad de tiempo dedicado a sus hijos; el empleo materno puede generar ingresos adicionales para el hogar, lo que puede tener un efecto positivo en el desarrollo infantil a partir del mayor acceso a recursos; las madres pueden redistribuir el tiempo entre las tareas del hogar, el cuidado de los niños y el ocio; las madres que se encuentran desempleadas padecen más problemas de depresión que las que se encuentran ocupadas, en particular a tiempo parcial, por lo que el efecto sobre el desarrollo infantil podría ser a través de una mayor salud mental y calidad en el cuidado.

Un segundo conjunto de resultados muestra que los hijos de aquellas madres que están en el mercado laboral un año después del parto tienen menor probabilidad de presentar problemas socioemocionales. El efecto positivo se mantiene tanto cuando para las madres que se habían reintegrado a 6 meses después del parto como para las que lo hicieron después. Estos resultados parecen estar en línea con la evidencia internacional previa, en la medida en que un mayor ingreso monetario derivado del empleo materno puede favorecer el desarrollo infantil. A su vez, no hallamos efectos significativos sobre las distintas dimensiones del desarrollo infantil para las madres que ingresan al mercado de trabajo seis meses después del parto pero no se encuentran trabajando un año después del nacimiento de su hijo; un retorno materno muy temprano al trabajo no tendría un impacto negativo en el desarrollo infantil.

Una novedad de este trabajo es que resalta la importancia del rol del cuidado paterno en la crianza de los hijos. Por un lado, y como destaca la literatura sociológica, cuando los padres actúan como cuidadores, influyen positivamente en el desarrollo de sus hijos. Por otro lado, la participación de los padres en el cuidado de los niños también fomenta la participación laboral de las madres, así como la intensidad del empleo, ya que aumenta la probabilidad del empleo materno y de su trabajo a tiempo completo; al tiempo que reduce la probabilidad de que tengan un empleo a tiempo parcial. Los resultados indican también que el tipo de arreglos entre padres y madres en relación a la distribución de las tareas del hogar y el cuidado de los niños afecta el desarrollo del niño; así, distribuciones de tareas más cooperativas favorecen tanto el desarrollo infantil como la participación de las madres en el mercado laboral.

Conclusiones principales

Los resultados de este trabajo apoyan los diseños de políticas familiares que fomentan la participación de los padres en la crianza de los hijos y que tienen como objetivo fomentar la equidad de género y el desarrollo infantil. Estas políticas, implican una serie de objetivos, como ser combatir la pobreza infantil y familiar, promover el desarrollo y el bienestar infantil, reducir los costos asociados a la crianza de los hijos, y promover la igualdad de género ayudando a las familias a combinar mejor el trabajo y el bienestar infantil. Estos objetivos, a su vez, serían fomentados por una división intrahogar del trabajo no remunerado más equitativa; el involucramiento del padre en el cuidado de los hijos facilita una mayor participación femenina en el mercado de trabajo y reduce las brechas de género en el trabajo no remunerado, todo esto sin aumentar el riesgo de rezagos en el desarrollo infantil, logrando incluso reducirlo significativamente en algunas dimensiones.

A corto plazo, las políticas que fomentan que los padres dediquen más tiempo a sus hijos fomentan el apego paterno y generan efectos positivos para el desarrollo infantil. Políticas como la licencia por paternidad pueden avanzar hacia este objetivo y, al mismo tiempo, impulsar la participación laboral de la madre. En este sentido, existe evidencia que muestra que la licencia por paternidad aumenta la participación laboral de la madre. A largo plazo, es probable que las políticas que logran conciliar la igualdad de género y el desarrollo infantil se deriven principalmente de cambios en las normas y expectativas sociales, que conduzcan a una división más equitativa del trabajo en el hogar. En este sentido, las políticas deberían tener como objetivo romper la perspectiva histórica del padre como sustentador y la madre como principal cuidadora, y modificar los contextos culturales actuales en los que prevalece un punto de vista de "maternidad intensiva".

A modo de cierre, cabe destacar que, si bien este estudio se centró específicamente en los padres y madres que cohabitan, nuestros resultados también podrían proporcionar información para las recomendaciones de políticas que involucran a padres que no cohabitan pero que comparten las responsabilidades de crianza de los hijos.

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