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Apropiación de ingresos y grupos de trabajadores en Uruguay: ¿quiénes se beneficiaron del crecimiento económico de las últimas décadas?

Apropiación de ingresos y grupos de trabajadores en Uruguay: ¿quiénes se beneficiaron del crecimiento económico de las últimas décadas?[1]

Fabricio Machado

Introducción: La distribución funcional del ingreso

La desigualdad económica condiciona la vida de las personas: dificulta el acceso a recursos a quienes están en la parte baja de la distribución, y reduce la cohesión social, alejando las expectativas y formas de vivir de la población. Esta diferenciación se traduce en que grandes grupos sociales se vean impactados por problemas económicos diferentes, y que un mismo fenómeno pueda afectarlos de forma distinta. A nivel empírico, la desigualdad puede estudiarse desde dos enfoques: la distribución personal del ingreso analiza las distancias entre individuos u hogares en la distribución del ingreso, mientras la distribución funcional diferencia la participación de las distintas fuentes de obtención del ingreso en el total (Goldfarb y Leonard, 2005). En Uruguay se cuenta con pocos estudios sobre desigualdad funcional, dado que se interrumpieron las estimaciones oficiales de la masa salarial en forma periódica.

La distribución funcional se asocia con el esquema de clases sociales planteado por los economistas clásicos, los cuales diferenciaban dentro de la estructura productiva a terratenientes, capitalistas y trabajadores, según la estructura de propiedad de las fuentes de ingreso, tierra, capital y trabajo. El esquema de clases ayudó a explicar el funcionamiento de la economía protoindustrial, y su proceso de acumulación. Según Atkinson y Bourguignon (2000) la distribución funcional y personal en los clásicos estaban fuertemente ligadas, ya que los grupos respondían a una estratificación social relevante en la Inglaterra de principios del siglo XIX. Sin embargo la estructura social se ha complejizado, los autores señalan tres puntos: la heterogeneidad dentro de las clases, la heterogeneidad de remuneraciones por niveles de calificación, y la posibilidad de recibir ingresos de distintas fuentes. Estos motivos y la mayor disponibilidad de datos a nivel individual, son las principales causas del paso a estudiar la desigualdad a nivel individual más que funcional (Goldfarb y Leonard, 2005).

La potencialidad del estudio de la distribución funcional radica en que facilita el tratamiento en conjunto de la desigualdad de ingresos y la estructura productiva. Esta capacidad invita a reflotar el análisis funcional, pero para esto es necesario actualizarlo para representar la estructura económica moderna. Es necesario buscar grupos entre las clases sociales clásicas, en particular resulta relevante diferenciar entre tipos de trabajadores. Dejar de considerar a los trabajadores como una clase unitaria podría invalidar el significado de la distribución funcional, ya que dejaría de ser determinante la propiedad sobre una fuente de ingreso para identificar a la persona en un estrato social. O podría también enriquecer el análisis, ya que se pasa a considerar los distintos tipos de trabajo como fuentes diferentes de ingreso sobre los que se ejerce propiedad.

Distintas teorías se han desarrollado en la búsqueda de reformular las fuentes de ingreso clásicas. Aportes de la sociología han extendido la cantidad de clases sociales tratando de dar mejor representación a los cuerpos colectivos de la sociedad (Erikson y Goldthorpe (1992), Wright (1997)). A su vez en economía se ha pensado en un umbral de ingresos que marque la distinción entre trabajadores y capitalistas, en lo que se denomina distribución social del ingreso (Wolff y Zacharias (2013) y Mohun (2016)). También quienes estudian la participación del trabajo en el ingreso (“labor share”) han distinguido a los trabajadores por características como el sector de ocupación, la formación y el género (Elsby et al. (2013), Karabarbounis y Neiman (2014)).

Con base en las consideraciones anteriores, se realizó un abordaje para el caso uruguayo de estos temas. Se propone la consideración simultánea de distintas características para la diferenciación de grupos entre los trabajadores. Partiendo de características individuales, referentes al trabajador y al puesto de trabajo donde se desempeña, se plantea llegar a grupos diferenciados de trabajadores. Lo que representa un paso intermedio entre el análisis funcional y el personal. Esto permite llegar a una partición de grupos que no surge de umbrales de ingreso, como podrían ser los estudios de cuantiles, sino de características consideradas económicamente relevantes para diferenciar trabajadores o tipos de trabajo. Esta clasificación permite observar la distribución de la masa salarial entre grupos de trabajadores, y la evolución de la participación de los grupos en el tiempo.

¿Qué se encuentra para Uruguay?

Se analiza el período que comprende años desde 2006 a 2021. En dichos años el país atravesó una etapa de crecimiento económico con una caída de la desigualdad personal. Dicha caída se asocia a un empeoramiento de los retornos a la educación, a partir de reformas impositivas y del mercado laboral implementadas al inicio del período (Alves et al., 2012). De esta forma los trabajadores menos preparados pasan a mejorar su posición relativa a los más preparados. La participación de los salarios en el total del ingreso se mantuvo en torno a un 60% con una leve tendencia al alza (De Rosa et al., 2017).

A partir de datos de Encuestas de Hogares del Instituto Nacional de Estadística, y la aplicación de técnicas multivariadas como el análisis de cluster y el discriminante, fue posible distinguir 4 grupos de trabajadores. Dos grupos extremos: uno caracterizado por bajo nivel educativo, informalidad y trabajo por cuenta propia (grupo 2); y otro de mejores indicadores educativos y trabajo en el sector público y financiero (grupo 3). En medio de estos se encuentran dos grupos de asalariados privados de nivel educativo medio, diferenciados entre ellos según las tareas que realizan en el puesto de trabajo sean o no manuales (grupo 4 de tareas manuales y grupo 1 de tareas no manuales). Las mujeres están concentradas en los dos grupos extremos, y particularmente el grupo de peores indicadores concentra más población mayor de 40 años y del interior del país.

Figura 1

Figura 1

En el panel B de la figura 1 se puede observar que la participación de los grupos en el ingreso laboral es dispar, encontrando grupos con participación relativa a su peso muy alta o muy baja comparando con el panel A. El grupo de mejores indicadores (grupo 3) tiene una participación en el ingreso mucho mayor a su peso en el total de trabajadores. Mientras el grupo de peores indicadores (grupo 2) tiene menor participación en el ingreso que su peso en el total de trabajadores. Estas diferencias en la capacidad de apropiación de los grupos extremos se mantienen en el período e incluso se agravan en años recientes. Hacia 2021, el grupo de peores indicadores solo se apropiaba del 38% del ingreso que le correspondería en una distribución equitativa entre grupos, en la que se toma en cuenta la cantidad de trabajadores en cada grupo.

Los trabajadores con mayores niveles de calificación formal aumentan en cantidad y en participación en el período, mientras los trabajadores en peor posición se ven reducidos en cantidad pero a su vez pasan a apropiarse de una menor proporción del ingreso. Estas tendencias dejan un grupo de trabajadores marginados cada vez más reducido, pero quienes siguen teniendo esas características tienen menor capacidad de apropiación sobre el ingreso laboral.

Los resultados no van en línea con la explicación habitual sobre el descenso de la desigualdad a nivel individual antes mencionada. Si bien en este período de crecimiento económico se redujo la desigualdad a partir de mejoras en las remuneraciones de los trabajadores menos preparados, esto no implicó una mayor apropiación de los ingresos laborales en términos relativos por parte de este grupo.

Los cuatro grupos de trabajadores participan de formas dispares en el total de las retribuciones salariales. Estas diferencias podrían complejizar la puja distributiva, diferenciando las disputas concretas trabajador-capitalista por grupo, pero incluso pudiendo enfrentar a los grupos de trabajadores entre sí. Las distintas características de los trabajadores diferencian la fuente de ingreso trabajo, la propiedad de cada individuo sobre cualidades concretas para desempeñarse laboralmente determinan estatus económicos diferenciados. A su vez esta diferenciación del trabajo puede potenciar o amainar los efectos de los shocks sobre el mercado laboral, según el grupo al cual se pertenece.

La consideración de sujetos colectivos unidos por características comunes brinda información relevante sobre la distribución del ingreso, que no necesariamente concuerda con las conclusiones extraídas por análisis realizados a nivel individual. Estos resultados son alentadores para la profundización en este enfoque.

Referencias bibliográficas

  • Alves, G., Amarante, V., Salas, G., & Vigorito, A. (2012). La desigualdad del ingreso en Uruguay entre 1986 y 2009. Serie Documentos de Trabajo/FCEA-IE; DT03/12.
  • Atkinson, A. B., & Bourguignon, F. (2000). Introduction: Income distribution and economics. En Handbook of Income Distribution (pp. 1-58). Elsevier BV.
  • De Rosa, M., Siniscalchi, S., Vigorito, A., Vilá, J., & Willebald, H. (2017). La evolución de las remuneraciones laborales y la distribución del ingreso en Uruguay. El Futuro en Foco. Cuadernos sobre Desarrollo Humano, (10).
  • Erikson, R., & Goldthorpe, J. H. (1992). The CASMIN project and the American dream. European Sociological Review, 8(3), 283-305.
  • Elsby, M. W., Hobijn, B., & Şahin, A. (2013). The decline of the US labor share. Brookings Papers on Economic Activity, 2013(2), 1-63.
  • Goldfarb, R. S., & Leonard, T. A. (2005). INEQUALITY OF WHAT AMONG WHOM?: RIVAL CONCEPTIONS OF DISTRIBUTION IN THE 20TH CENTURY. En Research in the history of economic thought and methodology (pp. 75-118). Emerald Publishing Limited.
  • Karabarbounis, L., & Neiman, B. (2014). The global decline of the labor share. The Quarterly journal of economics, 129(1), 61-103.
  • Machado, F. (2023). Aproximación a la distribución funcional del ingreso entre trabajadores. Un analisis a partir de técnicas multivariadas para el período 2006-2021 en Uruguay. Serie Documentos de investigacion estudiantil, DIE 02/2023. Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Economica y Administracón, Universidad de la República, Uruguay
  • Mohun, S. (2016). Class structure and the US personal income distribution, 1918–2012. Metroeconomica, 67(2), 334-363.
  • Wolff, E. N., & Zacharias, A. (2013). Class structure and economic inequality. Cambridge Journal of Economics, 37(6), 1381-1406.
  • Wright, E. O. (1997). Class counts: Comparative studies in class analysis. Cambridge university press.

[1] Síntesis de mi trabajo final de grado: “Aproximación a la distribución funcional del ingreso entre trabajadores. Un análisis a partir de técnicas multivariadas para el período 2006-2021 en Uruguay.”

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